Es importante que los niños estén capacitados para sobrellevar cualquier inconveniente en su etapa profesional.
Al inicio de este año, el presidente Barack Obama solicitó que se invirtieran cuatro millones de dólares en la enseñanza de computación para los estudiantes de kindergarten hasta el décimo segundo grado. La propuesta obtuvo el apoyo de los líderes empresariales y los 27 gobernadores de Estados Unidos. Mientras tanto, países como Canadá, Reino Unido, República de Estonia, y Singapur están agregando conocimientos de programación para sus planes de estudio.
Para Jeff Booth, cofundador, presidente y CEO de BuildDirect, empresa de tecnología que se dedica al comercio de productos para la construcción, no hay duda de que estos son pasos importantes para preparar a la próxima generación para un futuro que promete ser diferente al actual.
El empresario detalla en su artículo “The Crucial Entrepreneurial Skills Your Kids Aren’t Learning In School”, de la revista Fast Company", las habilidades empresariales que pueden marcar el destino de los más pequeños:
Evaluar los riesgos. Para desarrollar esta habilidad, los niños deben sentirse cómodos con el riesgo. Es necesario que los pequeños fallen y luego construyan sobre ese fracaso. Existe un paradigma que sostiene que el éxito depende de un solo resultado, sin embargo, en el mundo de los negocios, el fracaso es solo otro punto de partida. Ese tipo de filosofías deberían ser comunicadas en el aula.
Abrazar una mentalidad de abundancia. La competencia es parte de la vida y los negocios, pero la idea de que otros tienen que perder para poder ganar es cada vez más obsoleta. Los mejores empresarios están encontrando maneras de crear un pastel más grande. Este es el “pensamiento abundancia”, y está ejemplificado por las organizaciones que se centran en la creación de los ecosistemas para conectar proveedores y clientes con el fin de ampliar las formas y el número de personas que se benefician. En el colegio, los maestros hacen un gran trabajo de defensa de este tipo de enfoques de colaboración, pero por alguna razón se pierde este espíritu cuando el sujeto se convierte en empresario.
Aceptar responsabilidades. El trabajo de un padre es el de alentar a sus hijos a asumir sus responsabilidades y aprovechar su poder para cambiar las cosas. Esta lección de vida es esencial en un mundo con mentalidad empresarial.
Utilizar la tecnología como herramienta. Durante décadas, la programación ha sido considerado como un trabajo de alta tecnología. Algunos dicen que la codificación sigue siendo una habilidad del futuro. Pero está claro que el aprendizaje de informática ha mejorado. En ese sentido, es clave preguntar constantemente, “¿Qué sigue? ¿Cómo puedo llevar esto al siguiente nivel?”. Por eso, no es de extrañar que algunos líderes involucrados en tecnología todavía promuevan la lectura.
Tener una mentalidad empresarial desde niños nos puede ayudar, entre otras cosas, a evitar frustraciones relacionadas al fracaso.
Comparte esta noticia