Científicos de San Marcos descubrieron al pequeño roedor y lo nombraron en honor al nobel. El hallazgo fue publicado en la revista Zootaxa.
(Agencia N+1 / Daniel Meza) Un grupo de científicos de la Universidad Mayor de San Marcos bautizaron como Neacomys vargasllosai a un pequeño roedor recién descubierto, en honor al Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. El flamante mamífero en mención habita regiones de Perú y Bolivia.
La investigación –cuyos autores son Natali Hurtado y Víctor Pacheco, especialistas en pequeños mamíferos del Museo de Historia Natural (MHN) de la referida universidad– fue publicado en la revista Zootaxa. “El descubrimiento es importante porque aprendimos que se trataba de una especie endémica de Sudamérica totalmente nueva y de un tipo muy complejo, si bien conocíamos que era de la familia de los Cricetidae”, explicó Pacheco para la agencia N + 1.
Sobre el roedor. “Al hacer contacto con ella, pudimos observar que tenía características morfológicas y moleculares que la diferenciaba del Neacomys spinosus o ratón espinoso grande, que habita parte de la Amazonía brasileña, y los Andes de Ecuador, Perú y Bolivia”, dijo Pacheco. El Vargasllosai, vive en la región yunga del sur del Perú, principalmente en Puno, y regiones análogas en Bolivia, (incluyendo territorios desde La Paz hasta Santa Cruz).
El equipo le otorgó el nombre del celebrado escritor al ser este uno de los más ilustres alumnos de esa casa de estudios, por haber nacido en Arequipa al igual que uno de los investigadores; y porque al igual que el roedor en mención, vivió en Bolivia. El pequeño animal, según Pacheco, supera ligeramente en tamaño a un ratón doméstico al tener una longitud promedio de 19 cm. Aunque aun no se ha investigado su dieta, se estima que se nutre de insectos, frutos y semillas de la región, siendo animales omnívoros.
Proteger a la especie. El comportamiento del roedor es sigiloso, no se acerca a las casas y prefiere los ambientes silvestres. Pese a su apariencia espinosa, es inofensivo. Lo que se ve como espinas puntiagudas son más bien cerdas que no hacen daño. No las usan para defenderse como lo harían los erizos o puercoespines, con quienes no están directamente emparentados.
“No podemos detener el desarrollo, pero sería necesario separar zonas como áreas de protección para cuidar a los osos de anteojos y otros mamíferos y aves que tienen su hábitat en esta área y así proteger a un mayor número de especies”, refirió el coautor. “Una alternativa que desarrollé en un artículo anterior sugería ampliar el área protegida en la reserva Bahuaja Sonene, entre Puno y Madre de Dios”, recomendó.
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