Según explica una estudio, el macho perdió su estatus en la comunidad y cuando volvió a esta, fue atacado por un grupo de miembros jóvenes.
(Agencia N+1 / Hans Huerto). El estado de conservación de los chimpancés occidentales o del oeste africano está en peligro crítico. Los biólogos dicen que su población mundial en estado natural, entre 21,300 y 55,600 ejemplares en África oeste, no solo está amenazada por la destrucción de su hábitat: sus comportamientos caníbales son otro factor (claro está, menor) de riesgo.
Primatólogos norteamericanos y alemanes registraron una rara ocasión en que un grupo de estos primates mató y se comió parcialmente a un macho adulto, quien pocos años antes era el líder de la comunidad y luego perdió su estatus. El estudio fue publicado en el Journal of Primatology. Estos chimpancés viven en comunidades de 20 a 150 individuos, divididas en grupos pequeños, merodeando el bosque en busca de alimento.
El caso de Foudouko. Los científicos estudiaron una comunidad de chimpancés que vivían en la reserva Fongoli en el sureste de Senegal entre 2005 y 2013, lapso durante el cual la comunidad estuvo constituida por 31 a 35 individuos, de los cuales 10 a 12 eran machos. Hasta que un chimpancé adulto llamado Foudouko fue asesinado por sus pares.
Al principio de la observación, Foudouko era su macho alfa y Mamadou, su compañero macho beta. En el otoño de 2007, Foudouko sufrió una lesión grave y junto Mamadou, perdió su estatus alto por su movimiento limitado. Seis meses después Foudouko desapareció de la comunidad, exiliado por sus heridas.
Retorno fatal. En 2012 Foudouko reapareció en la comunidad. Por este tiempo, su antiguo aliado Mamadou recuperó su estado beta, y el macho dominante era su hermano David. Aunque estos no vieron en Foudouko una amenaza, otros lo atacaron una noche. Por la mañana, los científicos encontraron el cadáver Foudouko con heridas en el cuello, brazos, piernas, espalda y genitales. Los simios adultos al parecer participaron en un asesinato colectivo e incluso comieron la carne del caído.
"Fue increíble", dice la autora principal del estudio, Jill Pruetz, de la Universidad de Iowa. "Una hembra que comió la mayor cantidad de carne muerta del chimpancé, era la madre de dos machos dominantes de la comunidad y sus hijos eran los únicos varones que no eran atacados por el cuerpo". Según la investigadora, Mamadou fue el único que intentó "despertar" a su antiguo aliado.
Pruetz también contó que tras la muerte de Foudouko, Mamadou fue expulsado de la comunidad por los mismos jóvenes varones que mataron a su antiguo amigo. Anteriormente, primatólogos descubrieron lo que hace que los chimpancés se unan contra un enemigo externo es el aumento de los niveles de oxitocina, una hormona que estimula la cooperación grupal.
Jerarquía natural. Entre los varones y las hembras de la comunidad hay una jerarquía lineal. En la cúspide está el macho dominante, gracias el apoyo de otros individuos que le ayudan en la lucha por el poder. Cuanto más "aliados" tenga, mayores son sus posibilidades de convertirse en el dominante. Los individuos de alto rango suelen comportarse agresivamente hacia sus subordinados y ejercen su tiranía incluso en aquellos momentos en que no están en peligro.
La agresión de las comunidades usualmente se proyecta hacia machos ajenos al grupo, que llegan para competir por hembras y comida. El asesinato de miembros de la comunidad es poco frecuente, solo nueve casos fueron registrados en las comunidades estudiadas. Este incidente ocurrió en un grupo donde había el doble de varones adultos que hembras adultas (generalmente se observa una relación inversa). Esta peculiaridad, sugiere el estudio, se debe a la acción del hombre, que captura hembras para vender sus crías.
Comparte esta noticia