La inasistencia de los postores interesados se debería a que esperan que el Gobierno promulgue una norma que sincere las reglas ambientales.
La tercera subasta del Complejo Metalúrgico La Oroya, fue declarada desierta hoy jueves por falta de postores, anunció el representante del gobierno en la junta de acreedores, Guillermo Shinno.
Piden sinceramiento. Shinno dijo que las cuatro empresas interesadas en el complejo habrían desistido en presentar una oferta porque aún no se publicaron los nuevos estándares de calidad del aire en el país, que podrían reducir el costo de los planes de cuidado ambiental.
Para esta subasta, la firma encargada de encontrar un nuevo operador del complejo (Dirige) había reducido el precio base a 196 millones de dólares, desde el valor inicial de 270 millones de dólares, propuesto antes de las dos primeras licitaciones.
El complejo, que opera también la mina de cobre Cobriza ubicada en el centro de Perú, fue controlado en la década pasada por Doe Run Perú, una filial del estadounidense Renco Group, y es ahora administrado por una junta de acreedores conformada por el Gobierno, los trabajadores y un grupo de empresas fiadoras.
La frustrada venta enojó al sindicato de trabajadores de La Oroya, que quieren que vuelva a operar porque es el único sustento económico en la zona donde funciona.
Analizan acciones. "Estamos evaluando tomar medidas por esta irresponsabilidad del Gobierno o de la ministra del Ambiente que no ha presentado la pre-publicación de las normas ambientales", dijo el dirigente Luis Castillo.
El tema de revivir el complejo es sensible. En el 2015 una marcha en La Oroya para pedir al Gobierno que ayudara para que la planta volviera a operar terminó con un muerto y al menos 50 heridos tras enfrentamientos con la policía.
La fundición, principalmente de zinc, plomo y cobre fue cerrada en el 2009 cuando Doe Run se quedó sin dinero para operar y completar la modernización de la planta metalúrgica, con deudas ahora por unos 650 millones de dólares.
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