Charo es retenida por el cabecilla de la rebelión en la cárcel y al tratar de rescatarla Coqui es herido de bala en el abdomen.
Sergio Estrada llega al penal para convertirse en el negociador que debelará el motín penitenciario. Logra ingresar y convence a los internos de dejar ir a los rehenes empezando por las mujeres asunto que se realiza.
Los rehenes abandonan el penal a la carrera y entre ellos corre Coqui quien de pronto se da cuenta que Charo no está por lo que regresa al interior de la cárcel para buscarla. De pronto se da cuenta de que el cabecilla de la rebelión la lleva del brazo por uno de los corredores del penal. “¡Voy a ser libre!”, dice pues piensa utilizar a Charo como escudo humano para escapar.
“¡Charo! ¡Charo!”, grita Coqui y entonces Charo se detiene, se suelta de su captor y corre hacia él. Pero el cabecilla empieza a disparar y acribilla a Coqui quien cae herido al piso. Charo está aterrorizada. Los policías llegan y atrapar al agresor y lo esposan. “Charo, prométeme que cuidarás de mi hija”, alcanza a decir Coqui antes de perder el sentido. “¡Ayuda! ¡Ayuda!”, grita Charo llorando desesperada.
Finalmente trasladan a Coqui junto a Charo en una ambulancia rumbo al hospital. “¡¿Se va a salvar?!”, exclama pero no le responden. Al llegar hospital, trasladan a Coqui a la sala de operaciones, mientras Charo no cesa de llorar mientras tiene el sombrero de Coqui entre sus manos. No sabe qué es lo que pasará pero lo que sí sabe es que no quiere que le pase nada.
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