Nicolás queda sorprendido cuando Sergio le dice que esos desmayos son comunes en las mujeres que están embarazadas.
Nicolás llega a su casa luego de haber sostenido una agria discusión con su padre, Miguel Ignacio de las Casas, que ha decidido designa a Camilo, hermano de Emilia, gerente general de Fernico. Al oponerse al nombramiento, finalmente es expulsado de su oficina y de su empresa. Está en su habitación muy abatido, mientras Emilia está dormida sobre su cama.
Él la entera que lo han despedido de Fernico pero que no dejará que las cosas se queden tal como están ahora. Finalmente deja la habitación y Emilia lo sigue.
Más tarde los Maldini están en el comedor y Nicolás le comenta a su familia lo que ha pasado en Fernico. “Y además, mi papá ha nombrado a Camilo gerente general de la empresa”, añade. “Ay, qué bien ese chico es encantador”, exclama Isabella. “A mí también me cae muy bien”, añade Sergio. Emilia se siente sofocada y se levanta de la mesa mientras los Maldini siguen hablando de Fernico.
Camila llega a la escalera que lleva a la segunda planta de la casa y de pronto sufre un vahído y se desmaya, cayendo en las gradas. Los Maldini van en su auxilio y la colocan en el sofá de la sala. “Estos desmayos son comunes en las mujeres que están embarazadas”, comenta Sergio. “¿Embarazada?”, pregunta Nicolás mientras mira sorprendido a Sergio quien le pide a Monserrat que le traiga alcohol y algodón. “¡Al fin voy a tener un nieto rubiecito!”, dice feliz don Bruno.
Sergio le hace aspirar el alcohol del algodón a Emilia quien reacciona poco a poco. “¿Qué pasó?”, pregunta medio asustada al ver a todos los Maldini a su alrededor. Finalmente reacciona y Francesca se la lleva a su cuarto. “Tenemos que ser cuidadosas en el primer trimestre”, le dice la nona. “Creo a Nicolás no le gustó mucho la noticia”, le dice Emilia. “Los hombres son así, ante una noticia así se aterran pero en el fondo están felices”, comenta Francesca. “Pero todavía no estoy segura de si estoy embarazada”, responde Emilia. “Ya saldremos de dudas”, añade Francesca.
En otro ambiente de la casa Nicolás está taciturno. “Emilia está embarazada… Quizá esa sea la solución a todos los problemas”, dice para sí.
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