En ello se basa la acusación fiscal que ha solicitado 35 años de pena privativa de la libertad para el asesino confeso y las dos presuntas autoras intelectuales, Eva Bracamonte y Liliana Castro.
La fiscal superior que lleva el caso Fefer pidió 35 años de cárcel para el asesino confeso, el sicario colombiano Alejandro Trujillo Ospina, y para Eva Bracamonte Fefer y Liliana Castro Manarelli, como presuntas autoras intelectuales, concluyendo además que el móvil del crimen es el dinero, para lo cual se basa en el testimonio de cinco personas.
Según el programa Cuarto Poder, que tuvo acceso a la acusación fiscal, el albacea de los Fefer, un notario, una prima, el exesposo de Myriam Fefer y Ariel Bracamonte coincidieron que Enrique Fefer, abuelo de Eva, para asegurar que el 3% de la masa hereditaria de libre disponibilidad termine en manos de su hija Myriam y que este patrimonio no sea impugnado por sus hermanos tras su muerte heredó a su nieta.
Un notario confirmó que el día (15 de agosto de 2006) en que se iba a realizar la división de las inmobiliarias Sideral y Cosmos, ambas a nombre de Eva, ocurrió el asesinato. El traspaso de bienes recién se efectuó en el 2007 con presencia de los hijos de Myriam Fefer.
"El dictamen fiscal es totalmente desproporcionado. Tenemos una de las partes que ha confesado el crimen (...) Él (Trujillo Ospina) ha declarado que no ha sido contratado por ninguna persona y no conoce a mis patrocinadas", manifestó Iván Torres, abogado de Eva Bracamonte y Liliana Castro, y luego agregó que el lucro como móvil no está demostrado en este asesinato.
No obstante, el reporte telefónico complica la situación de Eva, ya que revela que el asesino realizó una llamada del celular de la víctima a la hora que ocurrió el homicidio, para dejarle un mensaje presuntamente a la acusada en su buzón de voz.
Asimismo, la fiscalía sostiene que Castro Manarelli se benefició con la muerte de la madre de Eva Bracamonte porque desde que ocurrió ello su vida cambió, de ser una mesera a propietaria del 50% de las acciones de una de las empresas de Fefer.
"Por esos indicios bastante absurdos se pretende condenar 35 años a una joven, destruirla la vida más de lo que está", responde Torres.
De otro lado, Ariel Bracamonte mencionó que el dinero no es la única motivación de crimen, pues -según refirió- la relación entre su madre y hermana era bastante conflictiva.
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