Jhonny Gamarra Puente obtuvo el primer lugar del Premio Integración 2012 gracias a su gran iniciativa por conservar los micropuquiales en Junín.
Aunque parezca increíble a más de tres mil quinientos metros sobre el nivel del mar podemos encontrar extensas plantaciones agrícolas. Se trata de un valle que hace algunos años era seco y eriazo, ésta es la comunidad de Patay en Tarma, Junín, tierra natal de Jhonny Gamarra Puente, un hombre que no se detuvo ante nada hasta convertir esos terrenos en cultivables.
Al ver la pobreza de su pueblo, Jhonny Gamarra buscó la forma de ayudar a sus paisanos a salir adelante descubriendo micropuquiales para rescatarlos. “El sistema consiste en recuperar pequeños manantiales de agua que emanan del suelo, para juntarlos en una sola toma principal a través de mangueras que transportan el agua a cada chacra de la comunidad”, manifestó el agricultor.
Gamarra Puente, ganador del Premio Integración 2012, creó este sistema de riego con el afán de promover la agricultura en la zona y concientizar a la población sobre la importancia del valioso recurso hídrico. “Me di cuenta que los micropuquiales siempre han estado desperdiciándose, mi iniciativa consiste en captarlos y recuperarlos porque el agua es vida y debemos aprovecharla al cien por ciento”, expresó.
Asimismo, Roberto Chuquin, poblador de la comunidad expresó su gratitud por las acciones de Gamarra que buscan el progreso de la comunidad. “Con este proyecto logramos mejorar nuestros terrenos que anteriormente eran inservibles, ahora podemos sembrar variedad de productos como maíz, arvejas, hierbas aromáticas y alfalfa”.
Con esfuerzo y trabajo Gamarra logró que las tierras les brinden muy buenos frutos y los resultados sean palpables. “Antes solo cultivábamos 20 hectáreas de terreno, ahora trabajamos en 65 hectáreas y pesamos llegar a fin de año a 80 hectáreas, solo en Patay, sin considerar otras zonas donde también se están recuperando los micropuquiales”, indicó.
El sueño de Jhonny Gamarra se hace realidad poco a poco, más terrenos se están volviendo fértiles y los pobladores tienen mejores oportunidades. “Gracias a esta obra tenemos gran cantidad de pasto y agua, los animales pueden comer tranquilamente, cultivamos diversos productos de pan llevar. Esta obra no se debe parar”, puntualizó el ganador del Premio Integración 2012.
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