El expresidente de Brasil denunció ser parte de una "persecución política".
El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva ha acusado a quienes lo procesan por casos de corrupción de ser parte de una "persecución política" y estimó que de antemano, será condenado. Todo esto cuando en el país sudamericano hay fuertes versiones sobre su posible detención.
"No puedo callarme ante los abusos cometidos por agentes del Estado que usan la ley como instrumento de persecución", escribió Lula en el diario Folha de Sao Paulo.
Dijo que los acusadores saben que él no robó, ni fue corrupto ni quiso obstruir la justicia pero que se "convirtieron en prisioneros de las mentiras que crearon. Están condenados a condenar", comentó.
Tildó de una "cacería" las acusaciones en su contra por presuntamente asociarse con empresas para enriquecerse desde el Estado. "En el intento de destruir una corriente de pensamiento están destruyendo los fundamentos de la democracia en Brasil".
Lula fue enjuiciado por corrupción, lavado de dinero, tráfico de influencias y presunta obstrucción de la justicia en el marco de la investigación Lava Jato, sobre millonarios desvíos de dinero en la empresa estatal Petrobras.
El expresidente rechaza los cargos: "Jamás practiqué o autoricé o beneficié de actos ilícitos en Petrobras", dijo.
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