Los menores latinos o afroamericanos tienen el doble de posibilidades que sus compañeros blancos de padecer de exceso de peso, indican.
El grupo de trabajo contra la obesidad infantil creado por la primera dama ha elaborado un plan de acción de 124 páginas titulado "Resolver el Problema de la Obesidad Infantil en una Generación".
En un acto en la Casa Blanca para presentar el informe, Michelle Obama afirmó que por primera vez EE.UU. tendrá "metas y medidas" para "atajar la epidemia de la obesidad infantil, niño por niño, familia por familia y comunidad por comunidad".
El problema del exceso de peso afecta a uno de cada tres niños en Estados Unidos, y uno de cada seis es obeso, una cifra que no ha dejado de crecer desde los años setenta, cuando tan sólo uno de cada veinte pequeños era excesivamente gordo.
Los menores latinos o afroamericanos tienen el doble de posibilidades que sus compañeros blancos de padecer de exceso de peso.
Entre las medidas propuestas están el posibilitar un mayor consumo de fruta y verduras en las dietas de los niños en sus hogares y reducir su ingesta de azúcares, así como promover una oferta más sana en los comedores escolares.
El plan de trabajo también fomenta que los niños hagan más ejercicio: uno de los proyectos prevé doblar el número de pequeños que van en bicicleta a la escuela en cinco años.
Pero la iniciativa quiere ir más allá y poner el énfasis en la prevención.
Uno de los hallazgos del grupo de trabajo apunta que los bebés amamantados durante sus primeros nueve meses de vida, y los de madres que no engordaron demasiado durante el embarazo, tienen menos posibilidades de convertirse en obesos durante la infancia.
El plan lanza un llamamiento para promover la lactancia materna y para educar a las mujeres embarazadas de modo que mantengan una dieta sensata durante la gestación.
El informe también vincula el problema a cuestiones genéticas, a causas medioambientales, los precios de los alimentos y la falta de acceso a alimentos frescos en áreas urbanas empobrecidas.
Otras recomendaciones incluyen que las empresas fabricantes de alimentos limiten la promoción de sus productos mediante el uso de caracteres infantiles populares.
También instan a los restaurantes estadounidenses a reducir el tamaño de las porciones que sirven, a mejorar su oferta en los menús infantiles y a revelar el número de calorías presentes en sus platos. EFE
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