La medida contó con el apoyo de toda la izquierda, en un hito calificado como ´histórico´. Sin embargo, las parejas de personas del mismo sexo no podrán adoptar.
La proposición de ley del Ejecutivo socialista contó con 125 votos favorables que sumaron el Partido Socialista (PS), que gobierna en minoría con 97 de los 230 escaños de la Asamblea; el Partido Comunista de Portugal (PCP), con 13 asientos; el Bloque de Izquierda (BI), con 16, y los Verdes (PEV), con 2.
Dos diputadas del Movimiento Humanismo y Democracia, independientes pero elegidas en las listas del PS, fueron las únicas representantes de la izquierda parlamentaria que votaron en contra.
Por su parte, los diputados de la principal fuerza de la oposición, el Partido Social Demócrata (PSD), rechazaron la proposición -excepto siete que se abstuvieron- y también lo hicieron los del conservador Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP).
Después de la votación, el primer ministro portugués, José Sócrates, afirmó que se trata de "un momento histórico" para el país en el "combate contra la discriminación y la injusticia que existía en la sociedad lusa".
Para Sócrates, la aprobación de esta proposición supone llevar a cabo "lo que cualquier humanista debe hacer, combatir las injusticias de los otros como si fuesen injusticias" propias y "combatir las normas legales que impiden la igualdad".
Sin embargo, la Asamblea de la República lusa no aprobó los proyectos del Bloque de Izquierda y el Partido de los Verdes en los que solicitaban la legalización del matrimonio civil entre personas del mismo sexo y en los que se incluía la adopción.
Este fue el tema de conflicto entre las diferentes formaciones de izquierda, ya que, mientras el Partido Comunista de Portugal y los socialistas se negaban a apoyar el derecho de adopción de las parejas del mismo sexo, BI y PEV consideraban "inconstitucional" no reconocerlo.
-EFE-
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