¿Peligra la fe cristiana si encuentran el cuerpo de Cristo en su tumba?

En un artículo publicado para el diario El País de España, el escritor Juan Arias se ha preguntado cuál sería la repercusión en el mundo si es que en la supuesta tumba de Jesús, recientemente abierta tras casi 500 años, se encontraran los restos del mesías cristiano.

Considera que, de ser afirmativa la respuesta, sería imposible determinar si se trata del sepulcro original del Cristo crucificado. Esta es una pregunta que ha generado siempre temores dentro de la comunidad. "El miedo de encontrar un cadáver ha existido siempre, ¿se tambalearía la fe de los seguidores del cristianismo?", cuestiona.

Cita entonces a Pablo de Tarso, apóstol postizo que dijo que si Jesús no resucitó, vana es la esperanza de los fieles. Él persiguió a los cristianos tras la muerte del salvador bíblico para luego convertirse a la fe y fundar lo que hoy conocemos como la iglesia o congregación. Arias narra que Pablo creó la jerarquía eclesiástica para que sea formada por varones exclusivamente.

La fe cristiana se sustenta en la resurrección en cuerpo y alma de Jesús y la asención a los cielos. Sin embargo, para los teólogos modernos, esta figura ha sido simbólica, ha querido interpretar que la vida no termina con la muerte sino que el espíritu permanece.

El escritor explica que los cuatro libros del evangelio (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) fueron escritos 100 años después de que Cristo muriera y que hay algunas inexactitudes si se comparan los mismos hechos en los primeros libros del nuevo testamento. "Para entonces, Jesús ya había sido glorificado y la leyenda de su resurrección física había tomado cuerpo. Hoy la nueva teología es más prudente y prefiere defender la tesis de la resurrección simbólica", comenta.

Los trabajos arqueológicos prosiguen y la historia tiene cada vez más giros que abren diferentes posibilidades. Por ahora la respuesta final pareciera estar un poco más cercana.

(Juan Arias, autor de Jesús, ese gran desconocido y La Biblia y sus secretos. Ambos libros fueron publicados en Brasil por la editorial Objetiva).