Jian Zhicheng fue bautizada con el sobrenombre de "bella carnicera" por parte de activistas pro animales.
“La vida humana no es diferente de la vida de un perro; moriré con los mismos medicamentos que se utilizan para poner a los perros a dormir en paz”, fue la nota que dejó Jian Zhicheng, veterinaria de 31 años y directora del Centro Xinwu de protección y educación animal, quien decidió acabar con su vida tras confesar durante un reportaje televisivo el número de animales que tuvo que sacrificar, según recoge el Daily Mail.
“Bella carnicera”. Sus declaraciones a través de un medio de comunicación llevaron a que Jian Zhicheng recibiera amenazas por parte de activistas pro animales que la bautizaron con el sobrenombre de la “bella carnicera”.
Depresión. La depresión por su confesión la llevó a inyectarse las mismas sustancias con las que aplicaba la eutanasia a los perros que tenía en su centro de protección.
Decisión fatal. De acuerdo a la nota que dejó, ella decidió quitarse la vida el pasado 7 de mayo, pero murió cinco días después.
Cariñosa. Sus colegas la describieron como una persona atenta y cariñosa que llevaba animales enfermos y perdidos al refugio, de financiación estatal, para después buscarles un hogar.
“Dormir a los perros”. A pesar de los esfuerzos que se le atribuyen en defensa de los animales, los informes acreditan que la falta de capacidad del refugio le obligó a terminar con la vida de varios de ellos en solo dos años.
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