La fotografía de Abdul Halim al-Atta, vendiendo lapiceros con su hija en brazos, se hizo viral y movilizó a muchos a apoyarlo económicamente.
La vida de Abdul Halim al-Atta, un refugiado sirio que vendía lapiceros en la calle, dio un vuelco de 180 grados gracias a una fotografía que se hizo viral en las redes sociales.
En la imagen aparecía con su hija en brazos vendiendo lapiceros en una calle de Beirut (Líbano), actividad que con las justas le alcanzaba para vivir.
Al ver la fotografía, el islandés Gissur Simonarson fue a buscarlo y creó una campaña de Indiegogo para él.
La meta inicial era de algo más de 5.000 euros, pero la cifra definitiva sobrepasó cualquier expectativa, superando los 200 mil euros.
Con ese dinero, el refugiado abrió un restaurante, un puesto de kebab y una panadería, con los que da empleo a otros 16 refugiados sirios.
Según el diario británico The Independent, una de las primeras cosas que hizo el ciudadano sirio fue dedicar cerca de 25.000 euros para ayudar a sus familiares y amigos.
Cabe precisar que Indiegogo y Paypal tuvieron que utilizar cerca de 20.000 euros del dinero donado para pagar las comisiones bancarias necesarias a la hora de realizar los ingresos a su destinatario.
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