La operación mantuvo en vilo a una localidad durante cuatro días. El desenlace no fue el esperado.
El cadáver de un niño de seis años atrapado en un pozo en la provincia china de Hebei fue hallado en la noche del jueves. El rescate movilizó a más de 500 personas y cien excavadoras que trabajaron en la zona.
Accidente. El niño cayó a un pozo en la ciudad de Baoding cuando ayudaba a su padre en el campo el pasado domingo 6 de noviembre. Según informaron las autoridades locales citadas por la agencia Xinhua, los equipos de rescate pudieron llegar hasta el fondo del pozo donde había caído el menor, de 80 metros de profundidad. Lamentablemente lo encontraron sin vida.
El padre del pequeño lanzó una llamada de socorro a través de la red social y aplicación de mensajería instantánea móvil Wechat, que consiguió la atención de centenares de personas.
Operativo contra el reloj. El pozo tiene un diámetro de 30 centímetros lo que impedía que cualquier adulto pueda introducirse en él. Los equipos de rescate tuvieron que cavar un agujero para llegar hasta el niño. La composición inestable del suelo se convirtió en una gran dificultad. Se temía por desprendimientos en el terreno.
Durante las más de cien horas de desesperada búsqueda, muchos voluntarios se acercaron a la escena del suceso a ofrecer su ayuda y llevar comida a los equipos de salvamento. La operación mantuvo en vilo a Hebei durante cuatro días y logró una gran repercusión en las redes sociales. (Con información de EFE)
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