Según el alto tribunal, la Justicia del estado de Texas se equivocó al evaluar el coeficiente intelectual del preso Bobby James Moore.
Bobby James Moore fue condenado a muerte en Estados Unidos por el asesinato de un hombre en 1980. Sin embargo, su nombre ya no figurará en la lista de presos pendientes de ejecución, pues la Corte Suprema detuvo dicha orden este martes. Con cinco votos a favor y tres en contra, el alto tribunal concluyó que la Justicia de Texas se equivocó al descartar discapacidad mental en el condenado.
De esta manera, la Corte exigió el cambio del método que aplica ese estado para determinar si un procesado califica para la pena de muerte. El hombre de 57 años tiene un coeficiente intelectual por debajo de lo normal y recibió su condena por asesinar a un empleado de una tienda de comestibles.
Argumentos. El fallo anula la decisión de la máxima corte criminal de Texas, que determinó que Moore sí debía ser ejecutado. Esta instancia afirmaba que "el consenso de los ciudadanos de Texas" determina que no todos los que cumplen con la definición de "retardo" de los "servicios sociales" deberían estar exentos de la pena de muerte.
Para la Suprema, se cometieron errores al evaluar las capacidades mentales del acusado y se ignoraron estándares médicos actuales que sirven para definir la discapacidad mental. La magistrada suprema Ruth Bader Ginsburg argumentó que los estados deben definir la discapacidad mental con base en los criterios de la Asociación de Discapacidades Intelectuales y del Desarrollo (AAIDD). "Las definiciones sobre la discapacidad mental deben de estar de acuerdo con las visiones de los expertos médicos".
Cuando tenía 13 años, Moore era incapaz de distinguir los días de la semana e identificar las estaciones del año. No podía leer ni escribir y tampoco decir qué hora era. Desde su reclusión, a los 20 años, no ha cuestionado en ningún momento su culpabilidad. (EFE)
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