A inicios de marzo, el presidente de los Estados Unidos acusó en Twitter a su antecesor de intervenir sus teléfonos durante la campaña electoral.
La Casa Blanca aseguró este lunes que el presidente de EE.UU., Donald Trump, no se refería necesariamente a "escuchas telefónicas" cuando acusó a su predecesor, Barack Obama, de vigilar sus comunicaciones en 2016, en un aparente intento de rebajar el tono a esa denuncia.
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, habló durante su conferencia de prensa del tuit de Trump de comienzos de este mes, en el que acusó a Obama de "hacer que se 'pincharan mis teléfonos' en la Torre Trump" de Nueva York, donde el magnate vivía y trabajaba durante la campaña electoral de 2016. El vocero dijo que el presidente no necesariamente se refería a un "pinchazo telefónico" como tal, sino a actividades de "vigilancia" en general.
Sin pruebas. "El presidente usó las palabras 'pinchazo telefónico' con comillas para referirse, de forma amplia, a la vigilancia y otras actividades", indicó Spicer. La explicación contrasta con la que él mismo dio a la prensa hace una semana, cuando dijo que los tuits Trump sobre Obama "hablaban por sí solos". El presidente no ha ofrecido pruebas sobre su denuncia, pero sí ha pedido al Congreso investigar esa supuesta vigilancia de Obama. Este ha negado haber ordenado espiar a su sucesor.
La ley estadounidense no permite a los presidentes de EE.UU. ordenar directamente escuchas telefónicas u otro tipo de vigilancia, sino que solo puede solicitar ese tipo de medidas a un tribunal, que debe proporcionar una justificación para ello. Los miembros más destacados del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes pidieron la semana pasada en una carta al Departamento de Justicia que les entregara antes del lunescualquier prueba que demuestre que la Torre Trump fue sometida a vigilancia el año pasado.
Obama, quien negó la acusación mediante un portavoz, disfruta de sus vacaciones en Nueva York:
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