El Gobierno portugués ya ha pedido ayuda a la Unión Europea para combatir la oleada de incendios que castiga la parte continental del país y el archipiélago de Madeira.
Funchal, capital del archipiélago portugués de Madeira, viene soportando desde el lunes un fuerte incendio que, por los fuertes vientos, se ha extendido a otras localidades, causando un incendio de grandes proporciones que ha llevado al Gobierno de Portugal ha solicitar ayuda de la Unión Europea.
Consecuencias. Producto del incendio han muerto tres miembros de una familia, unas 300 personas han sido hospitalizadas por inhalación de humos y miles han sido evacuadas. Y en cuanto a daños materiales, se sabe que el fuego calcinó más de un centenar de viviendas, un centro comercial y un hotel de la zona este de la ciudad.
Circunstancias adversas. "Estamos bajo condiciones meteorológicas extraordinarias que no son previsibles, ni posibles de dominar por el ser humano", dijo la ministra de Interior de Portugal, Constança Urbano de Sousa. Fueron, precisamente, el viento y las altas temperaturas de Funchal los grandes enemigos del incendio que mantiene en jaque a la capital de Madeira.
¿Qué paso? El incendio comenzó el lunes en la parte alta de Funchal y las llamas fueron avivadas por un pirómano de 24 años, lo que hizo que avanzaran anoche hasta el centro histórico de Funchal, dejando tras de sí un rastro de destrucción dantesco. El incendio continúa activo y con varios focos abiertos, aunque con menos virulencia, según las autoridades locales, que han recibido apoyo de otras localidades.
Más incendios en Portugal. En la parte continental del país hay una oleada de más de un centenar de fuegos, de los que alrededor de una docena están catalogados como de grandes dimensiones. El más grave, según la Autoridad Nacional de Protección Civil (ANCP), es el de Águeda, en el distrito norteño de Aveiro. También al norte, en el distrito de Oporto, las llamas castigaron poblaciones como la de Gondomar, mientras en Leiria, en el centro del país, preocupa otro fuego de grandes dimensiones. Los expertos apuntan a que uno de los motivos por el que los fuegos se han propagado en el centro y el norte de Portugal es el modelo de gestión de tierras.
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