Tendrá 200 metros de largo y 4 de alto. Los vecinos de la ciudad fronteriza de Kirkenes se oponen a la construcción.
El gobierno de Noruega ordenó la construcción de un muro de acero en la frontera con Rusia para, según fuentes oficiales, fortalecer la seguridad en la zona. Pretenden evitar que un número considerable de inmigrantes crucen hacia la ciudad de Kirkenes, al extremo norte del país escandinavo.
Solo en 2015, unos 5,500 inmigrantes que pedían asilo (la mayoría, provenientes de Siria) entraron a Noruega por la vía conocida como el círculo polar ártico, informó el portal BBC.
"Queremos tener la misma relación con Rusia como en todos estos años, no queremos el muro", comenta una taxista al portal inglés. "Es como si tu vecino levantara un muro y tú te preguntaras ¿por qué hace eso?".
Las leyes rusas son claras. No está permitido atravesar la frontera a pie. Para hacerlo se debe ir en auto y con los papeles en regla. La mayoría de personas no se arriesga a ir en vehículos donde los puedan descubrir y los procesen por tráfico de personas.
Por esto, el principal vehículo de los inmigrantes para atravesar esta zona sin problemas legales es la bicicleta.
En el puesto fronterizo de Storskog, un grupo de trabajadores retira la maleza para delimitar los linderos del muro. La actividad comercial en la zona es importante. Noruegos van a Rusia a comprar licor y gasolina a precios cómodos. Los rusos buscan en Noruega pañales y café.
Las críticas a la construcción del muro también vieneron por parte de la directora de la Asociación Noruega para Solicitantes de Asilo, Ann-Magrit Austena.
Dijo que es inútil construirlo, que es un gesto simbólico erróneo.
El gobierno de Oslo ha negado que el muro sea "antiinmigrantes". En abril, el Congreso de ese país aprobó un proyecto que permite a los funcionarios públicos negarle el ingreso a los extranjeros que no lleguen desde una zona de conflicto.
Mientras tanto, el viceministro de Justicia, Ove Vanebo ha dicho que están haciendo "una tormenta en una taza de té" por este tema. Recordó que del lado ruso, el muro tendrá 200 kilómetros de largo, "no es nada comparado con lo que vamos a hacer", dijo.
En unas semanas debe empezar la construcción con más dinero del que se había destinado inicialmente. La tensión que causan los inmigrantes para los políticos en Europa parece colarse en cada rincón del continente.
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