El sacerdote Juan Francisco Gálvez fue "suspendido de todas sus facultades sacerdotales" por estar acusado de abusar sexualmente de 5 personas cuando eran menores de edad.
El máximo jerarca de la Iglesia católica salvadoreña, José Luis Escobar Alas, reveló un nuevo caso de pederastia que terminó de destapar un escándalo compuesto por tres hechos similares de abuso sexual a menores.
El arzobispo de San Salvador dio a conocer el domingo en una conferencia de prensa que el sacerdote Juan Francisco Gálvez fue "suspendido de todas sus facultades sacerdotales y pastorales" el pasado 15 de octubre, por estar acusado de abusar sexualmente de 5 personas cuando eran menores de edad.
Gálvez, quien según Escobar Alas negó las acusaciones y se encuentra con su familia, era párroco en la localidad de Rosario de Mora, 23 kilómetros al sur de la capital.
El dirigente religioso no quiso revelar las edades, sexo o nombres de las víctimas, ni los detalles de cómo sucedieron los abusos, pero pidió perdón a los afectados y a "toda la sociedad", por "esta situación causada por dos sacerdotes nuestros que ya enfrentan la justicia eclesiástica".
Agregó que, ya terminada la fase de instrucción en el proceso local, el caso será remitido al Vaticano para que sea emitida la "respectiva sentencia".
Otros casos
Este es el segundo caso de pederastia en la Iglesia salvadoreña dado a conocer en menos de una semana por el Arzobispado de San Salvador.
El pasado jueves, el vicecanciller de dicho arzobispado, Rafael Urrutia, informó de la suspensión de Jesús Delgado, quien es reconocido como el biógrafo del beato Óscar Romero.
Delgado es acusado de violar por 8 años a una mujer, que hoy tiene 42 años, mientras esta era menor de edad.
Con la revelación de estos hechos, "hemos querido marcar el sendero que vamos a seguir" de "cero tolerancia, sin excepción alguna" en los casos de abuso sexual a menores, sentenció Escobar Alas.
Por otra parte, Urrutia aclaró que son tres los casos de pederastia procesados en la Diócesis de San Salvador.
El primero fue dado a conocer en 2003, y tiene por acusado al sacerdote Luis Recinos, quien ejercía en una iglesia del municipio de Apopa (norte) cuando el jefe de la Iglesia salvadoreña era el español Fernando Saenz Lacalle.
"Efectivamente ese fue el primer caso", fue presentado ante la justicia civil por la víctima, "se instruyó (al interior de la Iglesia), y se llevó a Roma, tengo entendido", dijo Urrutia sin dar más detalles. EFE
Comparte esta noticia