Miles de brasileños se manifestaron en las principales ciudades del país para exigir a la Corte Suprema que este miércoles niegue el "habeas corpus" al expresidente.
La corte suprema brasileña decidirá este miércoles si el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva es detenido o sigue en libertad, en un fallo de enorme impacto para las elecciones de octubre, que tienen al líder de la izquierda como favorito.
Lula, de 72 años, fue condenado por un tribunal de apelación a 12 años y un mes de cárcel por recibir un apartamento de lujo de una constructora involucrada en el escándalo de sobornos de Petrobras; pero presentó un recurso ante el Supremo Tribunal Federal (STF) para evitar su encarcelamiento antes de agotar todas las instancias judiciales.
Ese pedido (habeas corpus) será juzgado a partir de las 14:00 horas locales (Mediodía en Perú). Si es aceptado, podrá seguir en precampaña y apostar a un largo proceso en los tribunales superiores. De lo contrario, podría ser arrestado en breve.
Debate crucial
Aunque el tribunal analizará el habeas corpus específico presentado por la defensa de Lula, se espera que los 11 jueces del STF debatan en general sobre una cuestión crucial para los procesos judiciales en todo el país: ¿a partir de cuándo un condenado puede ser encarcelado?
Por una estrecha mayoría de 6-5, el STF decidió en 2016 que las personas condenadas en segunda instancia -como es el caso de Lula desde enero pasado- podían empezar a purgar la pena sin esperar que juzgados superiores (de tercera instancia y el propio STF) analicen sus recursos. A pesar de ese entendimiento, persisten divergencias dentro del propio STF y al menos uno de los jueces que formaba parte de la mayoría ha manifestado públicamente haber cambiado de postura.
Los abogados de Lula quieren que su cliente pueda agotar en libertad todos los recursos, en nombre de la presunción de inocencia. Sus adversarios exigen la aplicación de la norma de 2016 en nombre de la lucha contra la impunidad, alegando que las apelaciones pueden durar años.
Juicio politizado
El martes por la noche, decenas de miles de personas desfilaron en Sao Paulo al grito de "Lula nunca más" y de aclamaciones al juez Sergio Moro, gran artífice la investigación Lava Jato, que condenó a Lula en primera instancia.
El que fue el presidente más popular de la historia reciente de Brasil (2003-2010) se declara inocente en este proceso y en los otros seis que enfrenta por delitos como tráfico de influencia y obstrucción a la justicia, y los atribuye a una conspiración para evitar que regrese al poder.
"Es un juicio muy politizado. Más allá de la importancia de la autorización de la ejecución provisoria de la pena, está en juego un caso que envuelve a un expresidente, que también es presidenciable y que está muy bien posicionado en los sondeos de intención de voto", dijo a la agencia AFP el experto en derecho penal y criminología Jovacy Peter Filho.
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