Las investigaciones vinculan las altas cifras de violencia con el deterioro de la calidad de vida y del Estado de Derecho en Venezuela.
La crisis económica, política y social de Venezuela afectó la cantidad de muertes violentas en el país, que cierra 2017 con 26,616 asesinatos, un descenso de casi 3 % respecto al año anterior debido a la ola de protestas, aunque el país sigue de segundo en la lista de las naciones más peligrosas del mundo.
La información fue ofrecida por el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) durante la presentación hoy de su informe anual que relaciona esta leve disminución de muertes violentas con las protestas antigubernamentales que se desarrollaron entre abril y julio pasado y dejaron 120 fallecidos.
En el reporte se indica que el corte de calles con barricadas y la mayor presencia y movimiento policial durante las manifestaciones que sacudieron Venezuela son algunos de los factores que explican el decrecimiento en el número de muertes violentas.
Un clima de inseguridad
Según el informe realizado junto con investigadores de las principales universidades de Venezuela, durante este 2017 se registraron 89 muertes violentas por cada 100,000 habitantes en el país.
El OVV, que elabora su informe con el seguimiento de los medios de comunicación, cifras de los organismos oficiales, entrevistas a la ciudadanía, a policías, trabajadores de la salud y otras profesiones, señaló que de las 26,616 muertes violentas 16,046 perecieron en homicidios registrados por la justicia.
Otros 5,335 murieron a manos de la Policía y el resto de cuerpos de seguridad, y 5,035 fallecieron violentamente sin que se abrieran expedientes ante tribunales. "Venezuela permanece como el segundo país más violento de la Tierra", dijo el profesor Roberto Briceño León, del OVV, pues el primero es El Salvador.
Las razones de los altos niveles de violencia
El OVV vincula las altas cifras de violencia con el deterioro de la calidad de vida y del Estado de Derecho en Venezuela, un país de unos 30 millones de habitantes inmerso en una grave crisis política, económica y social desde hace años.
"El empobrecimiento generalizado en el país, las situaciones de escasez, de desabastecimiento, la carestía de los productos básicos está generando en las personas, pero también en las relaciones sociales, situaciones de ansiedad, de angustia, se aprecia confrontación, tirantez, rabia, dolor", dijo la trabajadora social Gloria Perdomo, del OVV. (Con información de EFE)
Comparte esta noticia