Fabricas recicladoras y criaderos de animales serían los responsables de desagradable panorama. El complejo arqueológico de 167 hectáreas, ubicado en San Juan de Lurigancho, fue declarado área intangible por el Instituto Nacional de Cultura.
Conocida como la ciudad de barro más grande en la costa central con 167 hectáreas de extensión; el complejo arqueológico de Cajamarquilla en San Juan de Lurigancho, se encuentra ahora abandonado y convirtiéndose en un botadero de basura y desechos tóxicos.
Según los vecinos de la zona esto sucede debido a que no existe personal de seguridad, facilitando el acceso del área a las fabricas recicladoras para arrojar sus desperdicios; así mismo, los criaderos de animales arrojarían los desechos y cadáveres, logrando así la desaparición de pirámides y edificios de barro.
Por otra parte, la construcción de una carretera en medio del complejo habría destruido las largas calles y espacios amurallados de esta impresionante obra de nuestros ancestros, ubicada en Jicamarca, al norte del río Rímac.
"Es sorprendente que las autoridades no se pronuncien ante este hecho. Es un descuido absoluto de nuestro patrimonio cultural, no se está haciendo nada para preservarlo. Es una vergüenza que se promueva el turismo sabiendo que existe complejos abandonados", declaro Antonio Molino a través del Whatsapp de RPP Noticias.
Los ciudadanos de Jicamarca exigen al Ministerio de Cultura y al Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), que actúen ante la evidente depredación de la zona que hoy en día también se ha convertido en un foco infeccioso para la población.
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