Las buenas prácticas ambientales no son únicamente para las grandes corporaciones. Los pequeños empresarios también pueden y deben aportar.
Cuando se habla de buenas prácticas ambientales en el ámbito empresarial, generalmente pensamos en políticas que solamente las grandes firmas pueden permitirse, como compra de bonos de carbono, medición de los impactos de las actividad, edificios inteligentes o cosas de ese estilo.
Se trata de un gran error, más aún en un país como el Perú, donde las pequeñas y microempresas son la inmensa mayoría y aporta nada menos que el 49% del PBI del país. Aunque puedan lucir pequeños, los esfuerzos sumados de miles de pequeños emprendimientos pueden hacer una gran diferencia.
La Small Business Administration del Gobierno de Estados Unidos ha elaborado una guía de prácticas sostenibles para pequeños negocios que puede servir de guía para empezar la implementación de estas medidas. Entre las acciones que destaca están la prevención de contaminación del aire, el ahorro de agua y el uso de energías ‘verdes’.
Es importante tomar en cuenta que muchas de estas acciones no solamente son ecoamigables, sino que también pueden reportar ahorro para la empresa.
A continuación te damos algunas ideas para empezar a pensar en la sostenibilidad en tu negocio.
Revisa tu matriz energética. En la medida de los posible reduce o elimina el uso de combustibles fósiles (carbón, kerosene o petróleo). El gas natural, por ejemplo, es más económico y contamina mucho menos. También controla el consumo de electricidad. El planeta y tu cuenta de la luz lo agradecerán
Conserva el agua. Revisa tus instalaciones para detectar fugas y controlar el desperdicio. Adiestra a tus trabajadores para que no dejen los caños corriendo más allá de los necesario.
Limita el consumo de papel. No imprimas a menos que sea estrictamente necesario. El papel muchas veces puede ser reemplazado por medios electrónicos. Siempre que puedas, usa ambos lados de la hoja para imprimir (aunque las impresoras que permiten eso son un poco más caras, piensa que tu ahorro en papel será de 50%).
Recicla todo lo que puedas. Los materiales que quedan como residuos de tu actividad principal muchas veces pueden servir para otras actividades. Revisa bien los procesos de tu negocio en busca de esas oportunidades.
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