Los enfrentamientos tuvieron lugar en la provincia de Nangarhar, donde la semana pasada Estados Unidos arrojó la ‘madre de todas las bombas’.
Al menos 42 miembros del grupo yihadista Estado Islámico (ISIS) murieron en las últimas 24 horas en operaciones militares en la provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán, donde la semana pasada Estados Unidos arrojó contra una de sus bases el proyectil GBU-43, apodado la ‘madre de todas las bombas’.
El ministerio afgano de Defensa aseguró en comunicado que los 42 miembros de ISIS, "incluidos algunos extranjeros", fallecieron en operaciones aéreas y terrestres en los distritos de Dehbala y Achin, el mismo este último donde EE.UU. arrojó la bomba.
En otro comunicado, el Gobierno de Nangarhar detalló que en la operación en Dehbala al menos "nueve terroristas murieron durante el bombardeo contra su escondite en el área de Arghaj". Otros 19 miembros de ISIS fallecieron en otro bombardeo en el área de Dara en Achin, según la misma fuente, que no aportó más detalles sobre los restantes 14 insurgentes fallecidos.
La madre de todas las bombas. En el ataque estadounidense del jueves de la semana pasada en Achin con el proyectil GBU-43 murieron al menos 96 yihadistas y más de 90 resultaron heridos, según informó el ministerio afgano de Defensa.
En el terreno donde se lanzó la bomba, de diez toneladas y una de los de mayor poder del arsenal convencional estadounidense, se han localizado hasta el momento cinco túneles utilizados por ISIS, tres de ellos construidos en la época de la invasión y ocupación soviética del país (1979-1989) y los otros dos nuevos. (EFE)
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