Niñas venezolanas se prostituyen para comer

La crisis en Venezuela se agrava. La falta de dinero para que las familias puedan solventar sus gastos ha provocado que algunos de sus miembros salgan a las calles y ofrezcan sus cuerpos como mercancías a cambio de obtener unas cuantas monedas para alimentarse. En el mercado Los Plataneros de Maracaibo, al occidente de Venezuela, niñas de 12 años se confunden con vendedores de frutas y ofertan sus servicios entre 1,000 y 2,000 bolívares (25 y 50 céntimos de dólar), unos pocos plátanos o cualquier tipo de comida.

Los encuentros íntimos se realizan dentro de los camiones de plátanos o apartamentos contiguos. Varias de las menores pertenecen a etnias aborígenes venezolanas y en varios casos, sus padres saben a qué se dedican. La policía calcula que 20 jovencitas practican la prostitución en el casco central de esta ciudad, informa Gustavo Ocando Alex de la BBC Mundo.

Este centro de abastos opera a cielo abierto las 24 horas. A pesar de la suciedad, barro y los 36 grados centígrados, los hombres que buscan los servicios sexuales de las niñas llegan a diario. También hay menores aborígenes que recorren el lugar y recogen los plátanos podridos para poder alimentarse.

Menores en abandono. El presidente de la Asociación de Comerciantes del mercado, Oswaldo Márquez, denunció que no solo la prostitución preocupa a los vendedores, sino que los niños roban, consumen alcohol y cualquier tipo de droga.

A la semana, al menos 10 mujeres son detenidas por prostitución en el centro de abastos y sus adyacentes. De ellas cuatro son menores de edad, y en este grupo hay una indígena, señala a la BBC Daniel Noguera, jefe del comando del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia que resguarda la zona. Los operativos culminan con la liberación de las muchachas tras una charla de orientación.

Según el estudio Indicadores de Anticoncepción en Latinoamérica de BSP y el Estudio Comparativo 2000-2007 Mexfam, cerca de 35% de jóvenes venezolanos experimentan su primer coito entre los 12 y los 18 años. En la cultura wayuu no existe una transición entre la niñez y la adultez.

Protección a indígenas. En algunos capítulos de la Constitución de Venezuela se salvaguarda los derechos de los pueblos indígenas, pero tales normas no se respetan y son letra muerta comentó el diputado Virgilio Ferrer, integrante de la Comisión de Pueblos Indígenas de la Asamblea Nacional.