Sus restos son velados en el barrio de San Blas. Imaginero fue conocido a nivel mundial como el padre de los niños manuelitos. La escultura más representativa que labró sus manos es el “Niño de la Espina”.
El reconocido artesano cusqueño, Antonio Olave Palomino, escultor del Niño de la Espina, murió en la ciudad del Cusco a los 88 años de edad. Sus restos son velados. con hondo pesar, en su vivienda ubicada en la plazoleta del barrio de San Blas.
Antonio Olave Palomino, nació el 2 de septiembre de 1928, en el distrito de Pisac, provincia de Calca.
En vida fue representante de la escuela cusqueña de imaginería escultórica inspirada en la religiosidad de la época colonial peruana, perteneciente a los siglos XVI y XVII.
“El Niño de la Espina”, su obra más representativa, tiene ojos de cristal color almendra, paladar de espejo, cabellos naturales, base de madera y ropas en pan de oro.
Reconocimientos:
El Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), lo reconoció como Gran Maestro de la Artesanía Peruana en 1993.
En el 2002, el Instituto Nacional de Cultura (INC), del Perú lo declaró Patrimonio Cultural Vivo de la Nación.
Posteriormente el Congreso de la República le otorgó la Medalla al Mérito Juan Pablo Vizcardo y Guzmán.
En el año 2012 recibió el Premio Nacional de la Artesanía Peruana (2012)
Ceramista: Antonio Olave también fue ceramista y desde hace años modeló Makas (más conocidas como aríbalos), Kochas y otras vasijas prehispánicas, que decoraba con iconografía inca.
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