Las víctimas son comuneros de San Martín de Pangoa y Río Tambo, quienes fueron ahorcados o acuchillados al responder a los terroristas que deseaban irse de la zona que controlaban.
A más tardar en 90 días se revelarán las identidades de los 23 cuerpos encontrados en fosas clandestinas y que presuntamente fueron asesinados por Sendero Luminoso en el Valle del Río Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), informó el jefe de la Dirección Nacional Contra el Terrorismo (Dircote), José Baella. “Las cajas lacradas con los restos de las víctimas serán entregadas a la morgue para las investigaciones correspondientes. Con los resultados de ADN, trabajo de peritos de criminalística y el Ministerio Público, los familiares podrán tenerlos plenamente identificados para llevárselos y darles cristiana sepultura”.
Menores asesinados. Durante la exhumación y con la presencia de algunos padres de familia se logró reconocer dos cadáveres. Uno de ellos pertenecería a una niña de 4 años y el otro a un adolescente de 15, el resto correspondería a personas adultas, contó el general de la Policía. Según la versión de los colaboradores, los cuerpos hallados pertenecerían a los denominados “voluntarios” de Sendero Luminoso, quienes serían nativos secuestrados por la organización y que al intentar escapar eran asesinados en el lugar.
Más fosas. El jefe de la Dircote dijo que gracias a esos testimonios se tiene referencia de más fosas clandestinas, cuyos cuerpos habrían sido enterrados entre los años 1986 y 1996. “Aunque el acceso a estos campamentos terroristas entre la zona de San Martín de Pangoa y el Río Tambo es muy difícil, seguiremos trabajando con la Fiscalía especializada del delito contra el terrorismo (...). Gracias a esos testimonios, en siete lugares donde se ubicaban campamentos terroristas se encontraron 11 fosas comunes del Vraem”.
Terrorismo. En los años ochenta y noventa el Perú fue atacado por dos grupos terroristas: Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. La CVR ha constatado que el conflicto armado interno que vivió el Perú entre 1980 y 2000 constituyó el episodio de violencia más intenso, más extenso y más prolongado de toda la historia de la República. Asimismo, que fue un conflicto que reveló brechas y desencuentros profundos y dolorosos en la sociedad peruana. Se estima que la cifra más probable de 69,280 personas muertas en este sangriento periodo. (Con información de Andina)
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