Este revelador estudio fue publicado por la revista Neurobiology of Aging.
(Agencia N+1/ Daniel Meza). Aparecieron nuevos indicios de que los humanos no seríamos la única especie que enfrenta la enfermedad de Alzheimer. Por primera vez, las placas y ovillos que caracterizan a esta condición fueron hallados en los cerebros de chimpancés de edad avanzada, aunque por el momento no está claro si es que estos signos ocasionan demencia en los referidos animales. El estudio, reseñado en la revista Science y publicado en Neurobiology of Aging, sugiere que los chimpancés podrían ayudar a entender mejor la enfermedad y cómo pelear contra esta, si consiguen el permiso para realizar estudios en esta especie (actualmente en peligro).
En los cerebros de personas con Alzheimer, una proteína llamada beta-amiloide acumula y forma placas pegajosas entre las células cerebrales. Estas placas generan cambios en otra proteína, llamada la tau, provocando la formación de marañas u ovillos. Juntos, se cree, estas placas y ovillos matan células cerebrales, llevando a la demencia.
Es difícil estudiar la enfermedad y desarrollar tratamientos para atenuarla porque otras especies, pareciera, no desarrollan placas y ovillos. La única vez que se ha visto algo parecido en el cerebro de otros animales fue en el caso de un chimpancé, aunque esto, se concluyó, fue el resultado de un derrame.
Pero todo parece cambiar hoy que, científicos de la Universidad Médica Northeast Ohio pudieron estudiar 20 cerebros de chimpancés de avanzada edad, entre 37 y 62 años. Se examinaron 4 áreas del neocórtex e hipocampo de los chimpancés, regiones cerebrales comúnmente afectadas por el Alzhéimer en humanos.
No se sabe si signos llevan a la demencia
No quedó claro, sin embargo, si estas placas y marañas llevaban al mismo tipo de decaimiento cognitivo que padecemos los humanos. Las muestras estudiadas, indicaron los científicos, fueron colectadas por décadas sin ninguna información cognitiva rigurosa acompañándolas. No fue posible, en consecuencia, decir si estos chimpancés tuvieron una pérdida cognitiva importante o no.
El estudio contribuye a la creciente evidencia de que las placas y ovillos pueden ser productos derivados de la enfermedad de Alzheimer y no la causa. Según dijo a Newscientist Gary Kennedy, director de la división de psiquiatría geriátrica en la Escuela Albert Einstein de Medicina, EEUU, “que los chimpancés muestren patología y el curso de la demencia, refuerza esta idea”.
Los humanos, indican los autores, tendrían algo único en sus cerebros que los predisponen al declive cognitivo. Si se logra identificar aquellas diferencias entre el cerebro humano y el del chimpancé, entonces se podrá saber, posiblemente, a qué se debe la degeneración. Esto a su vez podría arrojar luces para un tratamiento farmacológico.
Recientemente informamos sobre un novedoso método de diagnóstico temprano del mal de Alzheimer desarrollado por Randall Bateman permitirá aplicar a los pacientes terapias tempranas que contrarresten la pérdida de memoria y capacidades neurológicas y mejoren la calidad de vida por varios años, retrasando el deterioro que conlleva este desorden.
Comparte esta noticia