AFHS: Francesca Maldini anuncia su boda con Carlos Cabrera

Fernanda sale de su casa en busca de empleo pero no encuentra taxi que la movilice. Decide llamar a un taxi seguro y justo en ese momento aparece Joel. “Hola”, le dice. “Me voy de Las Lomas”, añade. Fernanda le dice “Joel, ¿qué palabra de no quiero estar contigo nunca más no entiendes? Tú mismo acabaste por enésima vez lo que pudimos tener”, le dice. “Me voy y no volveré hasta ser la persona que tú quieres que sea”, le dice Joel. “Es decir que nunca más te volveré a ver porque siempre serás eso que eres”, dice Fernanda y luego se aleja de él.

Socorro le revela a Peter que Manolo nunca estuvo en Beirut y que todas sus apariciones en la TV fueron producto de efectos especiales. Peter está muy molesto y piensa poner en su sitio a su hijo que no es capaz de enfrentar a Teresa. Ella, por su parte ha decidido vestirse de novia por el resto de su vida. “Soy la eterna novia abandonada”, le dice a Shirley.

“¿Y el matrimonio dónde va a ser?”, pregunta Monserrat. “Supongo que como es ya ya, tendrá que ser que ser aquí”, responde Francesca. Monserrat pregunta si ella estará en la boda. “Claro que sí”, responde su patrona. “Pero quisiera estar como invitada”, solicita. Francesca toma de los hombros a Monserrat e Hiro y dice que los tendrá como invitados. “Podemos contratar a dos mozos porque seremos muy pocos”, añade. Nicolás pregunta si puede invitar a Rubí. “Puedes pero que no la vean los González que serán capaces de quemar la casa”, le dice. Carlos anuncia que invitará a Raúl y Viviana porque son sus amigos.

Miguel Ignacio toma desayuno en la casa de Raúl y es atendido por Gladys. Oto está a su lado y ella le pide que se lo lleve a la oficina porque ella está trabajando todo el día. Miguel Ignacio no acepta al principio pero al final termina por ceder ya que así lo irá adentrando en el mundo de los negocios. Viviana está impresionada de ver cómo Miguel Ignacio se transforma cuando está junto a Oto. Raúl aprovecha y le hace una propuesta a su mujer. Viviana baja y le dice a Miguel Ignacio que se puede quedar en la casa todo el tiempo que quiera para que esté cerca de Oto.

Nicolás llama a Rubí para invitarla al matrimonio de Francesca y Carlos. “Ay, adoro a tu nona. Mándale un beso”, le dice y cuando cuelga se pone a dar de saltos de alegría.

Shirley sigue buscando su uniforme y no lo encuentra. Lo que no sabe es que su madre se lo ha puesto y ha subido al bus donde trabaja Shirley. Está de espaldas y Anthony la confunde con su novia y la toca con  gran familiaridad. “¡Qué me tocas, degenerado!”, le dice indignada.

Francesca llama a Lucifer y la invita a su boda. “No sé si sabes que estoy en una relación. ¿Puedo llevar a mi enamorado?”, le pide. “Pero claro que sí. Puedes venir con él”, le dice Francesca. La señora Maldini está muy feliz. “Este matrimonio ya ya, me tiene intrigada porque nada se ha premeditado pero estoy encantada. Me saqué la  lotería porque me voy a casar con el mejor hombre del mundo”, le dice a Carlos. “No mami, el que se sacó la lotería soy yo”, le responde desde el baño mientras se mira en el espejo con una rara expresión en  su rostro.

“¡¿Cómo se te ocurre tocarme de esa manera?!”, le dice Reyna a Anthony. “Pensé que era mi novia”, le dice. “Mi hija necesita un príncipe, alguien que le dé una casa. Tú no tienes nada, dónde van a vivir. ¿De arrimados en mi casa o en la tuya? ¡No señor!”, le dice. Llega un wachimán y toma a Reyna de los brazos. “¡Me habían dicho que por aquí había una loca disfrazada!”, dice y se la lleva.

Shirley no encuentra su uniforme y piensa en llamar a su administrador para declararse enferma. Pero su celular suena primero y es Anthony quien le cuenta lo que ha hecho su madre en terminal de los buses interprovinciales.

Monserrat decide ir a la peluquería para estar presentable en la boda de Francesca. La señora Maldini también tiene la misma idea y le pide a Hiro que la lleve. Carlos está saliendo del baño y busca a Francesca pero se encuentra cara a cara con Bruno. “Aquí no está tu mami, aquí no hay nadie que te escuche, vividor”, le dice. “¿Tú crees que te vas a salir con la tuya? Francesca tiene una familia que la defenderá, gigoló de quinta. Tenemos que impedir este matrimonio”, dice Bruno. “Bueno, ya lo sabes, soy un gigoló y dentro de dos horas me casaré con Francesca y seré el dueño del 50% de la fortuna de Francesca”, responde Carlos. “Tú no sabes con quién te has metido”, le dice Bruno. “¡No, tú no sabes con quién te has metido!”, la responde Carlos. Bruno sale de la habitación con la idea de impedir el matrimonio pero no sabe cómo hará.

Reyna regresa a su casa vestida con la ropa de Shirley. “¿Qué haces con mi uniforme?”, le pregunta. Reyna le dice que fue a buscar un empleo pero en vez de llevar un curriculum se puso el uniforme. “Una imagen vale más que mil palabras”, dice Reyna. “¡Fuiste a hacerla vida imposible a Anthony!”, reclama Shirley. “Me dijiste que ya no trabajaba en la empresa y resulta que sí trabaja. Desde cuándo le mientes a tu madre. Además ese trol se pasó de faltoso”, le dice. Shirley está dispuesta a decirle todo a su padre. Lo llama y pide hablar con Reyna. “¡¿Cómo es eso de que te tocó el…?!”, pregunta molesto Lucho.

Bruno le cuenta a Isabella lo que le respondió Carlos y ella planea grabarlo para divulgar lo que diga Carlos en el momento en que Francesca firme el documento de la boda civil. Isabella va a en busca de Carlos y le pregunta por lo que le dijo a Bruno. “My daddy vino a increparte tu actitud y tú terminaste por aceptar eso que ya tú sabes y quiero que lo repitas fuerte y claro”, le dice. Carlos se da cuenta que Isabella lo quiere grabar. Al ser descubierta sale corriendo de la habitación. Busca a su padre quien le dice que encontró un método más efectivo para descubrir a Carlos. Va en busca de Charo. “Voy a ir directamente al grano. ¿Cuánto quieres para impedir la boda de Francesca y Carlos?”, le propone.