La señora Maldini no le cree a su exyerno y lo hace salir de su casa pero al quedarse sola se queda muy angustiada.
Morgana está reunida en la oficina de Miguel Ignacio y le habla maravillas de Carlos Cabrera. “Cuando me desperté esta mañana sentí que Dios lo había puesto en mi camino y creo que es el hombre con el que debo trabajar. Es tan inteligente, tan estudioso, tan lleno de voluntad de servicio”, comenta la inversionista mientras Miguel Ignacio la mira cada vez más extrañado.
Y luego que Morgana sale de su oficina, Miguel Ignacio ve prestamente a la casa de Francesca Maldini. Lo atiende Monserrat justo cuando Francesca está bajando las escaleras. “Tenemos que hablar. Tu relación con Carlos Cabrera corre peligro, Morgana Centurión ha puesto sus ojos en él”, le cuenta. “¡No digas tonterías! ¿En qué te basas para decir semejante tontería?”, le encara Francesca.
Y entonces le cuenta que Morgana le confió que estuvo en el consultorio de Carlos en la mañana y que estuvieron hablando de la posibilidad de montar una red de clínicas dedicadas a atender a niños con labio leporino. “Lo sé, yo estuve allí. Ellos no tienen nada”, responde Francesca. “Quizá por ahora no tengan nada pero ella es joven, bella muy interesante. Yo que Carlos no me haría de rogar”, replica Miguel Ignacio. “Es que tú eres un tramposo y Carlos no”, retruca Francesca. “A ver si lo entiendes: entre tú y Morgana, ¿qué crees que Carlos escogería?”, insiste Miguel Ignacio. “¡Fuera de mi casa ahora mismo!”, lo bota la señora Maldini pero la verdad es que se queda muy inquieta.
Comparte esta noticia