Peter está feliz porque ella lo ha llamado y le ha pedido que se vean porque quiere hablar con él sobre el futuro de sus vidas.
Peter sigue las instrucciones de la señora Francesca para que instruya a Greta y Pamela en el arte de atender a las personas, ya que la idea es que trabajen en el restaurante de Charo.
Culmina su labor y se dirige a la segunda planta de la casa Maldini y entonces recibe una llamada en su celular: es Socorro.
“Tanto tiempo sin saber nada de ti. Qué sorpresa. Te extraño tanto”, le dice Peter. “Me parece raro estar hablando de estas cosas por teléfono. Creo que tendríamos que vernos”, sugiere Socorro. Peter acepta encantado.
“¡Me ha perdonado! ¡Me ha perdonado!”, dice Peter lleno de felicidad. Está tan contento que orre a contarle a don Gilberto acerca de la llamada de Socorro. "Parezco un chico de 15 años esperando su primera cita", le dice.
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