El pequeño Bo Paske normalmente se sienta sólo en la cafetería de su escuela a la hora del almuerzo. Sin embargo, el pasado martes algo cambió.
Un niño autista y un jugador de futbol americano protagonizan una conmovedora historia que se ha difundido en Facebook. El menor solía almorzar en la cafetería de su escuela sin mayor compañía que la de su plato de comida, hasta que el deportista decidió sentarse a su lado y conversar un rato con él.
Soledad en el almuerzo. Bo Paske es un niño autista de Tallahassee (Florida) con el que ninguno de sus compañeros de clase en la Montford Middle School se quiere sentar a comer. Esta situación obliga al menor a sentarse todos los días en la misma mesa y sin ningún tipo de compañía. Sin embargo, este último martes ocurrió algo distinto.
El deportista. El equipo de futbol americano Florida State University (FSU) estaba de visita en el colegio y uno de sus integrantes decidió ir a la cafetería para comerse un pedazo de pizza. Se trataba de Travis Rudolph, el receptor estrella del equipo, quien se acercó a la mesa de Bo Paske al notar que estaba solo.
La foto. La escena era una simple conservación entre un adulto y un niño, pero para la familia de Bo Paske significaba mucho. Alguien se percató del hecho y tomó una foto mientras charlaban y la envió a la madre del niño, que la ha publicado en su Facebook dando las gracias a Travis por su gesto.
Su testimonio. "Me acerqué y le pregunté si podía sentarme. Me dijo ‘por supuesto’, y me contó que era fan del equipo. Estuvimos charlando largo y tendido”, contó el deportista a un medio local. El caso ya había trascendido el ámbito de las redes sociales y es mostrado como un ejemplo de nobleza y solidaridad.
El post viral. “No sé qué llevó a este hombre increíblemente amable a compartir la hora de la comida con mi hijo, pero estoy feliz de poder decir que su gesto no caerá en el olvido. Éste ha sido un día en el que no he tenido que preocuparme de si mi niño estaba comiendo solo porque estaba sentado frente a alguien que para muchos es un héroe”, escribe Leah Paske, la madre del niño autista.
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