Para Jacqui Kenny una simple ida al supermercado puede desatar un ataque de ansiedad y el temor de una catástrofe inminente.
Jacqui Kenny tiene 43 años. Tenía 23 y vivía en Australia cuando sufrió su primer ataque de pánico durante un día bastante estresante de trabajo. “Sentí que estaba muriendo. Un médico le quitó importancia a mis síntomas y me dijo que seguramente la causa era una salsa que había cenado la noche anterior”, cuenta. Pero meses más tarde obtuvo el diagnóstico correcto: Jacqui sufría de agorafobia. Esta extraña enfermedad puede desencadenar un ataque de pánico con el solo hecho de pensar en estar en un lugar abierto.
Contra todo pronóstico, ha encontrado una forma de recorrer el mundo gracias a su cuenta de Instagram, que tiene cerca de 20.000 seguidores, muchos de los cuales padecen el mismo trastorno. Su usuario es Agoraphobic Traveller y las imágenes que publica son captadas con Google Street View.
En su cuenta pueden verse fotos de un grupo de monjas en Perú, enormes bloques de departamentos en Rusia y niños corriendo en un pueblo del desierto de Atacama, en Chile.
Lugares mágicos. A pesar de vivir en una zona central de Londres, lleva más de 20 años evitando lugares concurridos y el transporte público. Ella dice que gracias a la era digital puede visitar lugares que de otra forma jamás habría visto. “Voy a cualquier parte que me transmite algo mágico”, contó. “Tal vez eso sitio me atraen tanto porque sé que llegar allí sería casi imposible para mí”.
Una lucha constante. Estar en un lugar con mucha gente le hace sentir pánico, la sudan las palmas de las manos, el corazón se le acelera y siente que sus pies no tocan el suelo. “Mucha gente piensa que la agorafobia es simplemente el miedo a los lugares abierto, pero he descubierto el enorme espectro de experiencias de personas que sufren este mal”, explicó.
Personas de todo el mundo que comparten con ella su lucha contra esta enfermedad. Un periodista agorafóbico que la contactó, relató su agonía al trabajar en una sala de noticia. Otros fotógrafos con la misma condición, compartieron sus dificultades al viajar para realizar reportajes.
Jacqui, por su parte, controla mejor su ansiedad gracias a sesiones de terapias cognitivo-conductuales, conocidas en inglés como Cognitive Behavioral Therapy o CBT.
"Antes de sufrir ataques de pánico soñaba con ser fotógrafa. Pero me había resignado a que eso jamás sucedería. Ahora siento que la enfermedad no me define, yo no soy esa enfermedad, simplemente es una parte de mí".
La responsabilidad del contenido y autoría del presente artículo es de RPP.
Comparte esta noticia