En el Perú, muchas personas con discapacidad aún enfrentan barreras para movilizarse con seguridad. La falta de infraestructura accesible aún es un reto. ¿Qué se ha avanzado y qué falta por hacer? Más detalles en la siguiente nota.
Cada 1 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Silla de Ruedas, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la accesibilidad y la inclusión en los espacios públicos. ¿Están nuestras ciudades realmente diseñadas para que las personas con discapacidad motora se desplacen con autonomía y seguridad?
Más de 3,2 millones de peruanos viven con algún tipo de discapacidad, de los cuales el 15,1% tiene dificultades para moverse o caminar, según el Censo Nacional 2017 del INEI (“Perfil sociodemográfico de la población con discapacidad, 2017”. A pesar de ello, la infraestructura urbana sigue siendo un obstáculo. Un estudio de Lima Cómo Vamos indica que el 30% de las personas con discapacidad enfrenta barreras diarias en su movilidad debido a la falta de veredas adecuadas y rampas seguras. Además, el 36% reporta desafíos en su entorno físico y el 30% en el acceso al transporte público.
Un problema estructural
Si bien la normativa peruana, a través de la Ley General de la Persona con Discapacidad (Ley N° 29973), exige que los gobiernos locales y regionales garanticen la accesibilidad en espacios públicos, la realidad es distinta. Muchas ciudades aún presentan ausencia de señalización adecuada y un transporte público que no está adaptado para personas con discapacidad.
Asimismo, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) señala que 8 de cada 10 personas con discapacidad requieren asistencia para sus actividades diarias, pero más de la mitad no cuenta con este apoyo.
Para reducir esta brecha, el Estado ha impulsado la Política Nacional Multisectorial en Discapacidad para el Desarrollo al 2030, que busca mejorar la infraestructura urbana, promover el transporte inclusivo y capacitar a los gobiernos locales en accesibilidad. Sin embargo, lograr ciudades realmente inclusivas requiere también el compromiso de la sociedad, el Estado y el sector privado.
Avances y soluciones en marcha
Actualmente, existen también iniciativas que ya están marcando la diferencia. El Registro Nacional de la Persona con Discapacidad (RNPCD) permite acceder a beneficios como el pase libre en transporte público y estacionamientos exclusivos. Por otro lado, programas como el Centro de Educación Técnico-Productiva Alcides Salomón Zorrilla (CETPRO ASZ) han capacitado a más de 4,700 ciudadanos en oficios como panadería, jardinería y carpintería, promoviendo su autonomía económica.
A pesar de estos esfuerzos, la inclusión laboral sigue siendo una deuda pendiente. Según la encuesta del INEI, solo el 39,6% de las personas con discapacidad en edad de trabajar participa en la actividad económica, muchas veces en empleos informales y sin oportunidades de crecimiento.
Construyendo un futuro sin barreras
El Día Mundial de la Silla de Ruedas nos recuerda que la accesibilidad no es una opción, sino un derecho. Contar con ciudades inclusivas va más allá de la infraestructura: implica garantizar igualdad de oportunidades para todos. Espacios urbanos diseñados para la movilidad, buses realmente accesibles y más oportunidades laborales para las personas con discapacidad son pasos clave para avanzar hacia una sociedad más equitativa.
Ciudades con Futuro es una campaña de RPP con el compromiso de Pluz, energía que nos impulsa a más.
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