Las plantas de tratamiento de San Bartolo, Huáscar y San Juan, inauguradas hace seis años con una inversión de US$136 millones, operan al 50 %, afectadas por los excesivos residuos industriales y comerciales.
Las descargas altamente contaminantes y sin tratar que arrojan el 95% de las empresas industriales y comercios están dañando la red pública de alcantarillado de Lima, pues superan los Valores Máximos Admisibles (VMA), informó Sedapal.
Esta situación, sin embargo, tendría los días contados, pues el 5 de setiembre del 2013 entrará en vigencia el decreto supremo 021-2009 del sector Vivienda, que eleva los VMA para las descargas de las industrias y establece sanciones.
“Se está teniendo problemas en el tratamiento de estas aguas residuales, dado que nuestras plantas de tratamiento son sistemas netamente biológicos, pueden tratar aguas residuales de tipo doméstico, no pueden tratar aguas residuales industriales, por lo tanto estos negocios pequeños o grandes deben adecuarse a esta normativa”, dijo a RPP Noticias la jefa del equipo de Evaluación de Calidad de Sedapal, Carmen Barzola.
El problema ha resultado más que oneroso para Sedapal. Las plantas de San Bartolo, Huáscar y San Juan, inauguradas hace seis años con una inversión de US$136 millones, operan al 50 por ciento de su capacidad, afectadas por los excesivos residuos industriales.
Asimismo, la planta más nueva ubicada en Manchay ya registra una carga de residuos orgánicos superior a la del uso residencial y el colapso es cuestión de tiempo.
Entre las empresas y comercios que más contaminan estan los camales, que arrojan las sangre de los animales beneficiados directamente al desagüe. Las productoras de pintura y textiles también son altamente contaminantes, al igual que los restaurantes, que dañan las alcantarillas con las grandes cantidades de aceite que desechan.
Pero el daño a la red de alcantarillado es solo una parte del problema, pues las aguas tóxicas que no pueden ser tratadas por las plantas de Sedapal también afectan gravemente el medio ambiente.
“Definitivamente van a afectar el ecosistema, van a producir contaminación, van a alterar la flora y la fauna existente en el mar y esto a su vez puede producir también productos alimenticios tóxicos que podemos consumirlos”, advirtió la especialista de Sedapal.
En Lima unas 7 mil industrias y 45 mil comercios , tales como restaurantes, camales, curtiembres o empresas pesqueras, deberán adecuarse a la nueva normativa o asumir las sanciones.
“Todo usuario no doméstico que en sus efluentes se detecte que excede los Valores Máximos Admisibles tendrá que pagar por exceso de concentración”, señaló Barzola.
Sin embargo, Sedapal también podrá suspender el servicio de alcantarillado a las empresas que sobrepasen un segundo anexo que establece valores máximos para aluminio, arsénico, boro, cadmio, cianuro, cobre, cromo haxavalente, entre otros químicos altamente venenosos y tóxicos.
Los dueños de locales comerciales e industriales podrán informarse sobre qué sistemas instalar en sus negocios para cumplir con las normas asistiendo al Primer Encuentro Nacional Pro VMA convocado por Sedapal, del 24 al 26 de setiembre, en el local de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI).
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