Retornando al colegio: Cómo superar las angustias

Las vacaciones ya terminan y para muchos el retorno a las aulas suele ser motivo de angustia. Para algunos no les será difícil retomar los deberes escolares, sin embargo, para otros sí, a tal punto que podrían presentarse síntomas de ansiedad, nerviosismo, apatía, etc., y a veces dolencias físicas.

¿Sabe usted cómo afrontar estos problemas?

Maribel Ninan, psicóloga de colegio Pamer, explica que los estudiantes que pueden ser más propensos a presentar angustias o temores ante el retorno al colegio, son aquellos que tienen problemas para interrelacionarse con sus pares, dificultad en el  aprendizaje (experiencias previas con cursos que no dominan, por ejemplo matemáticas o no poder comprender Ap. Verbal), conflictos con los profesores (experiencias negativas proyectadas hacia algún profesor), haber reprobado alguna materia que se le hizo muy complicada, que no le guste el colegio, entre otros.

También puede influir la actitud pesimista o la presión  por parte de los padres o familiares. "En esta etapa de transición entre las vacaciones y colegio, lo recomendable es dialogar con nuestros hijos antes de que se inicien las clases, transmitiéndoles siempre una actitud positiva y recalcándoles que en el colegio a quién se corrige es a la acción, al comportamiento a la conducta más no a la persona", acotó Maribel.

En el caso de los alumnos de nivel primario, los padres deben establecer horarios donde se incluyan determinadas horas para acostarse, levantarse y además, el tiempo en el que se puede repasar diversos libros solo de forma introductoria más no coactiva o impositiva.

"También contribuirá el hacerlos partícipes de la preparación de los útiles escolares como ayudar a forrar los libros, colocar etiquetas, limpiar sus zapatos, ordenar sus uniformes, etc." Para los educandos que están en secundaria, es un poco diferente.

"En estos casos los padres deben dialogar con sus hijos y además dejarlos ser más responsables e independientes (que forren sus propios cuadernos y libros, que elijan los colores a utilizar en sus cuadernos, que ensayen con sus tipos de letras, etc.).

También podemos "negociar" con ellos para que cumplan sus deberes; utilizando para ello reforzadores o sanciones no hacia la persona como los calificativos (ocioso, haragán, no eres bueno para nada, etc.) sino más bien hacerles ver que algunas conductas no nos llevan hacia el nada bueno; en esta etapa no se debe atentar contra la autoestima; porque influye en su vida escolar y familiar notablemente.

"La buena comunicación que debe existir entre los padres y maestros (reforzar o sancionar hablando el mismo idioma ambos agentes educadores) es importante ya que ello ayudará a que los estudiantes superen estas dificultades y así recibir con mejor disposición las enseñanzas que se les va a transmitir en su centro educativo", finalizó la psicóloga de colegio Pamer.