La socialité hizo un lujoso pedido para luego de dar a luz a su segundo hijo.
El primer embarazo de Kim Kardashian no fue para nada fácil para ella, no solo por todos los kilos que ganó, 24 para ser exactos, si no, por la preeclampsia que padeció.
A pesar de eso, el sueño de Kim y su esposo era tener otro hijo, así que tuvieron que recurrir a la fecundación in vitro para que el milagro de la vida ocurriera.
Ahora, que tiene un avanzado estado de embarazo y que ha confesado ya haber aumentado unos 25 kilos, lo más reciente que ha revelado la socialiaté en su página web es que el bebé no está en la posición correcta para nacer de forma natural.
“Lo que más me preocupa últimamente es que mi bebé aún no se ha dado la vuelta, lo cual significa que está en posición errónea para un parto natural”, dijo Kim.
La esposa de Kanye West acepta que lo del embarazo no se le da bien, a diferencia de su mamá Kris Jenner o su hermana Kourtney, quienes ya han tenido múltiples embarazos sin mayores problemas.
En vista del sufrimiento que le representa traer una criatura al mundo, Kim ha decidido consentirse comiendo lo que le provoque.
“He comenzado a comer de todo lo que quiero. Volveré a mi peso. Me gusta ese reto”, confiesa.
Y por supuesto, el premio mayor será después que Kim dé a luz. Ella quiere una gargantilla de diamantes de Lorraine Schwartz.
“Tras nueve meses de embarazo, es dulce recibir algo. Nosotras pasamos el embarazo llevando al niño en nuestro interior y creo que tenemos que demostrar lo alucinante que somos de alguna forma”, aseguró Kim Kardashian.
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