El parto se complica y la madre no puede dar a luz pero de pronto inesperadamente aparece el padre del niño y todo marcha sobre ruedas.
Charo espera que Teresa esté lista para asistir al matrimonio de Sheyla y Santiago en la iglesia de Las Lomas pero de pronto ocurre algo que no estaba calculado. “¡Charo! ¡Se me rompió la fuente!”, grita Teresa y entonces deben llevarla al hospital cuanto antes.
En calle se encuentran con Pepe y Tito y junto con don Gilberto, don Alejo, Fernanda, Joel y Charo abordan el microbús para llevarla a emergencias. Pepe maneja todo lo rápido que puede pero un policía lo detiene por exceso de velocidad pero al final lo deja ir al darse cuenta de la situación y del inminente parto de Teresa.
Ya en el hospital Teresa es llevada a la sala de partos acompañada de Charo pero por más que puja la parturienta se bloquea. La obstetriz se da cuenta de la complicación y le dice que no hay remedio que realizarle una cesárea. “¡¿Es necesario?!”, pegunta alarmada Charo.
Mientras tanto en la sala de espera los González esperan impacientes noticias sobre el parto cuando de pronto ven ante ellos a un hombre vestido con atuendo selváticos: es Félix. “¿Encontraste los huesitos de Richard? ¿Trajiste sus restos?”, pregunta Tito. “¿Huesitos? No, lo traje enterito”, responde Félix. Luego busca a Richard para decirle que en esos momentos Teresa está dando a luz.
Richard llega a la sala de partos y se acerca Teresa quien no puede creer lo que está viendo. Él la besa y ella está muy emocionada. Justo en ese momento da a luz. Es un niño. La obstetra le acerca a su hijo. “¡Bienvenido Richard Wilkinson Collazos!”, le dice muy emocionada.
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