El Gobierno brasileño tomará medidas extremas para asegurar la seguridad en la justa mundialista.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, prometió fuertes medidas de seguridad durante el Mundial y garantizó que el Gobierno no dejará que la violencia empañe el torneo de fútbol.
"La Copa implica también un perfeccionamiento inmenso de nuestra seguridad. Implementaremos fuertes medidas de seguridad en el Mundial", sostuvo Rousseff durante una reunión del Consejo de Desarrollo Económico y Social, en Brasilia.
"No es idea del Gobierno federal pactar con ningún tipo de violencia. No dejaremos en ningún caso que la Copa sea contaminada", agregó.
El operativo planeado por el Gobierno brasileño para garantizar la seguridad del Mundial 2014, que prevé la movilización de 170.000 policías y soldados e inversiones por 1.900 millones de reales (unos 801 millones de dólares), es el mayor ya realizado para un campeonato de la FIFA, según fuentes oficiales.
En la operación participarán 150.000 miembros de los diferentes cuerpos de policía y de las Fuerzas Armadas, así como 20.000 agentes de seguridad privada que actuarán dentro de los estadios.
Durante la Copa Confederaciones del año pasado, un evento de prueba para el Mundial, manifestantes tomaron las calles en protesta por los gastos de la realización de la Copa del Mundo y se enfrentaron violentamente con las fuerzas de seguridad.
El Mundial se jugará en 12 ciudades entre el 12 de junio y el 13 de julio.
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