Columna | Plazos y promesas que no se respetan

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La Conferencia anual de empresarios de este año, CADE, tiene como lema “Liderazgo empresarial por un Perú moderno”. Su presidente, Gonzalo Aguirre, explicó en RPP que el objetivo de la CADE es servir al diálogo entre el mundo de los negocios, el de la Academia y el de la política. Es decir, que el conocimiento desinteresado propio de la ciencia, confluya con el esfuerzo de los que invierten capital en crear riqueza y empleo, pero también con la gestión de nuestras instituciones públicas. Las bases necesarias del desarrollo del Perú, sostuvo Aguirre, son “la integridad, la competitividad y la sostenibilidad”.

Difícilmente alguien podría estar contra esos principios. Los invitados extranjeros escucharán a personalidades del sector público y del sector privado, tomarán nota de la abundancia de nuestros recursos naturales (minería, agricultura, pesca, bosques) y admirarán la solidez de nuestras cifras macroeconómicas. Y sin embargo, hay un factor que puede estropearlo todo y escapar a la percepción de los economistas: el clima exacerbado de conflictividad y los niveles de encono que han venido dominando el debate público. “Estamos más abocados a los conflictos que a gobernar”, ha declarado el presidente de la CONFIEP, Roque Benavides, que concluye: “Es evidente que no se han hecho las reformas… No podemos conformarnos con un crecimiento de 3.5 o 4%”.

Demoras en el Jorge Chávez

Si hicieran falta pruebas del daño que somos capaces de hacernos a nosotros mismos, bastaría con referirnos a dos temas puestos en evidencia ayer: el aeropuerto internacional y las disputas al interior de la Fiscalía.

El aeropuerto de una capital es una infraestructura crucial pero también el símbolo de la relación de un país con el mundo exterior. Es ahí que dan sus primeros pasos los millones de turistas que llegan atraídos por la riqueza de nuestra historia y la variedad de nuestra geografía. Y es por ahí que tienen que pasar también cada vez más peruanos, que se dirigen a visitar a sus parientes o a gozar de merecidas vacaciones. Es por eso inaceptable la sobresaturación a la que se ha llegado, por la incapacidad del Estado y la empresa privada para ejecutar un contrato que preveía una ampliación que cada vez se posterga más.

Una misión de congresistas visitó ayer el aeropuerto, donde un dirigente de la empresa concesionaria les explicó que siguen a la espera de la entrega de 6 hectáreas y que por eso la segunda pista no podrá estar lista antes del 2022. Eso significa cuatro años más de maltratos y vergüenza. Turquía inaugura esta semana un aeropuerto en Estambul que recibirá siete veces más pasajeros que el Jorge Chávez. ¡Sí, 400,000 personas diarias! ¡Y ha sido hecho en cuatro años! Los plazos y las promesas no se han respetado sin que nadie sea capaz de cortar el nudo gordiano de la incompetencia o la corrupción. Acaso las dos cosas a la vez.

Chávarry vuelve al Congreso

Mientras los congresistas visitaban el aeropuerto en el Callao, el Fiscal Pedro Chávarry daba en el Congreso su versión de la fuga del destituido juez supremo César Hinostroza. Según Chávarry él hizo todo lo que era posible, pero sugirió que su predecesor, no actuó de la misma manera. “No quiero desligarme del caso, pero me remito a las fechas”, sentenció Chávarry, antes de precisar: “Yo no era fiscal de la Nación hasta el 20 de julio. Vale decir que el señor Pablo Sánchez Velarde debió solicitar la detención preliminar y dada la gravedad de los hechos debió ampliar, inclusive, otras medidas restrictivas pero el suscrito no era el fiscal de la Nación. Eso se lo digo a todos los peruanos", concluyó.

La congresista fujimorista Tamar Arimborgo pidió que el tema no se vuelva “un show mediático”. ¿De verdad es posible que alguien quiera convertir el caso de juez prófugo en “show mediático”?

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