Hay posiciones a favor y en contra, pero especialistas coinciden en que solo se puede eliminar el voto preferencial siempre y cuando se fortalezca la democracia interna en los partidos políticos.
El voto preferencial es la facultad que tiene el ciudadano de elegir a dos candidatos de una lista congresal sin importar el orden en que esté.
Así, por ejemplo, una persona tiene la posibilidad de elegir a un postulante que está en la casilla 130, pese a que el partido lo haya colocado simplemente para completar la lista.
Esta libertad de elección es la que defienden quienes consideran que no debería eliminarse el voto preferencial en la llamara reforma electoral.
Empero, quienes apoyan su eliminación explican que este sistema provoca que el elector no reciba posiciones programáticas o ideológicas de cada partido, ya que los mismos candidatos de una lista presentan sus propios planes de gobierno.
Además -señalan- el voto preferencial incita a la lucha interna entre candidatos de una misma lista. Producto de esta disputa, los candidatos buscan fondos para millonarias campañas publicitarias, fondos que no son fiscalizados convenientemente.
Al respecto, Fernando Punto, secretario general de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), estimó que la eliminación del voto preferencial ayudaría a quitar el manto de sospecha que recae sobre las costosas luchar fratricidas.
“Permitirá realizar un mejor control en las finanzas que soportan esas campañas de los candidatos y de los partidos políticos”, comentó en el marco de la campaña El Poder en tus Manos.
El funcionario recordó que en las elecciones pasadas los medios de comunicación estaban saturados con “pequeñas campañas individuales”.
“Si los candidatos no rinden cuentas de los gastos efectuados en esas pequeñas campañas individuales, a los partidos conlleva a que la opinión pública se pregunte de dónde vienen esos fondos”, comentó.
Sin embargo, cabe apuntar que la eliminación del voto preferencial solo funcionará si es que se fortalece la democracia interna dentro de los partidos. Caso contrario, las cúpulas partidarias seguirán imponiendo candidatos que no son necesariamente los más capacitados.
Solo así se comprende que actualmente la mayoría de los peruanos, un 64 % prefiera mantener el voto preferencial, según una encuesta del Instituto Integración.
Más información
El voto preferencial se instauró en nuestro país con el gobierno militar de Francisco Morales Bermúdez para las elecciones a la Asamblea Constituyente de 1978.
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