María Rostworwski cumplió 96 años, convencida de que su mayor producción la hizo entre los 60 y 80 años, una etapa considerada por muchos como el último capítulo de su vida, pero que para ella significó el renacer.
El año pasado, sus investigaciones sobre el Perú precolombino, hicieron a María Rostworwski, merecedora de una nueva distinción: el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Varsovia, la que se sumó a la Cruz del Comendador con estrella en orden de mérito que recibió de parte del gobierno polaco en el 2008.
Hija del agricultor Polaco Jan Rostworowski y de la dama puneña Rita Tovar del Valle, María nació en Barranco un 8 de agosto de 1915. Su educación transcurrió en Francia, Inglaterra y Bélgica, lo que permitió dominar también el francés, inglés y polaco. Fue alumna libre en la universidad de San Marcos, donde alternó con Julio C. Tello, Luis Jaime Cisneros y Luis Valcárcel.
Su incursión en aulas de la decana de América, ha hecho que María Rostworowski se sienta sanmarquina de corazón. Fue allí donde conoció a Raúl Porras Barrenechea quien se convirtió en su maestro y guía para su interés por la investigación de nuestra historia. Estudió quechua y le fue muy útil en sus investigaciones del mundo andino.
Otro hombre que marcó su estela por la investigación fue su esposo Alejandro Diez Canseco, quien le compraba las crónicas de historia en sus viajes por todo el Perú. A su muerte en 1961, María se trasladó a la Selva en plan de misionera al leprosorio de San Pablo en Loreto, donde convivió durante dos intensos meses con los enfermos del mal de Hansen. “Los leprosos me dieron más de lo que yo les di”, confesó alguna vez .
Ella es una convencida que la historia es un enorme porqué y su labor siempre estuvo orientada a tratar de encontrarle una respuesta basada en confrontar el dato documental con la realidad, aunque todo empiece con la curiosidad. Ella es una investigadora natural y por ello tiene en su haber una gran cantidad de publicaciones no sólo en el Perú sino también en el extranjero.
En cierta ocasión, el periodista Mario Campos le preguntó: “¿Cómo quisiera que la recuerden? Y su respuesta fue “Como alguien que amó muchísimo al mundo andino y trató de compartir ese amor con los demás peruanos”.