Esta ingente suma de dinero contribuye, según la OCDE, ONU e Interpol, a la financiación de los grupos armados y "terroristas" y amenaza la seguridad y desarrollo de varios países.
La criminalidad vinculada al medio ambiente genera unos 213 mil millones de dólares anuales, contribuye a la financiación de los grupos armados y "terroristas" y amenaza la seguridad y desarrollo de varios países, estiman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la ONU e Interpol en un informe publicado este martes.
El tráfico de carbón de madera aporta entre 38 y 56 millones de dólares anuales a los islamistas shebab somalíes, vinculados a Al Qaeda, refiere el informe.
El documento se publicó en el segundo día de la sesión inaugural de la nueva Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA), que reúne a unos mil 200 delegados y especialistas en Nairobi (capital de Kenia) y debe, entre otros, examinar el tema de los crímenes contra el medio ambiente.
El tráfico de marfil es la mayor fuente de ingresos del Ejército de Resistencia del Señor (LRA), rebelión de Uganda que siembra el terror en Sudán, República Centroafricana y la República Democrática del Congo (RDC). También lo practican otros grupos armados y milicias que operan en la República Centroafricana, en RDC y en Sudán.
La criminalidad organizada transnacional vinculada al medio ambiente incluye la tala forestal ilegal, la caza ilegal y el tráfico de numerosas especies, la pesca ilegal, las minas salvajes y los desechos tóxicos, explican las citadas instituciones.
Según la ONU, este tráfico amenaza en numerosos países tanto "el desarrollo sostenible, los medios de subsistencia, la buena gobernabilidad y el Estado de derecho, al tiempo que importantes sumas de dinero se destinan a las milicias o los grupos terroristas".
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