Doña Carmen García es dueña de una de las embajadas de la cocina peruana en la capital azteca hace 18 años.
Calles con nombres de ciudades europeas pululan en la delegación Cuauhtémoc en México D.F., en aquella bautizada Oxford un peruano puede sentirse en casa, al menos a la hora de comer. Ahí está su refugio, “El refugio del Inca”.
Cuando Carmen García dejaba el Perú nunca imaginó tener un restaurante de comida peruana en México D.F., es más, ni su esposo tuvo en mente radicar definitivamente en tierras aztecas. Camino a Canadá decidió pasar un poco tiempo en el país, el cual se ha prolongado hasta 28 años.
Pero aún en 1985 el restaurante peruano no estaba en planes. Carmen García, quien ejerció de pedagoga en su natal La Libertad, trabajó en el consulado peruano. Ya en los años noventa nació "El refugio del varón" en 1995. El local también organizaba peñas los viernes, las cuales, según nos cuenta la dueña podían durar hasta las nueve de la mañana.
Con el tiempo llegó el cambio de nombre por una desafortunada coincidencia. Otro local homónimo existía, y se trataba de una casa de citas. Por ello, nació el nuevo nombre de “El refugio del Inca”.
A diferencia de opciones gourmet, “El refugio del Inca” se concentra más que nada en servir platos de manera que se sientan hechos en casa. El tiradito tiene lo justo de picante y no tiene nada que envidiar a una cebichería limeña, el jugoso lomo saltado tampoco dejará insatisfechos.
Uno de los responsables de este sabor es Arnaldo, cocinero que ya tiene un año en México. Cuenta que el paladar mexicano se ha adaptado más que nada al cebiche, al lomo saltado y al arroz con pollo. Un buffet criollo en San Isidro sirvió para que pula sus talentos culinarios. “Cuando recién llegué tuve que hacer cebiche al momento en una feria con gran aceptación”, dice orgulloso el embajador del sabor.
“El refugio del Inca” trabaja de lunes a domingo, días en los que calma la nostalgia de algunos compatriotas pero también conquista paladares mexicanos. Está en planes también abrir una pollería, empresa que seguramente seguirá haciendo patria.
Alberto Nishiyama V.
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