En diálogo con RPP, Hernando Tavera indicó que, afortunadamente, la intensidad del sismo de magnitud 4.6 no ha sido la suficiente como para generar daños en infraestructuras.
Hernando Tavera, jefe del Instituto Geofísico del Perú (IGP), aseguró que, afortunadamente, la intensidad del sismo de magnitud 4.6 registrado esta mañana en Lima y Callao no ha sido la suficiente como para generar daños en infraestructuras.
“El sacudimiento ha sido muy rápido, muy rápido, pero bastante intenso; pero no lo suficiente como para generar daños en estructuras o en las personas”, señaló en entrevista con el programa Encendidos.
“Creo que las personas que han estado a pie no han percibido el sacudimiento del suelo, pero sí las que han estado en reposo, en viviendas, en edificios”, añadió.
En ese sentido, consideró que este tipo de eventos debe recordar a la población a estar siempre preparados, teniendo en cuenta que el Perú es un país altamente sísmico.
“En principio, creo que ya todos sabemos que vivimos en un país sísmico; y si es un país sísmico, lo más extraño que pueda pasar es que no ocurran sismos”, refirió.
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La importancia de reaccionar a tiempo
Hernando Tavera consideró que la población debería estar preparada para reaccionar inmediatamente ante la ocurrencia de un sismo, ya que, el mero hecho de esperar unos segundos para constatar si el evento es fuerte o no, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
“En sociedades con una cultura adecuada de prevención, como Japón, por ejemplo, no importa de qué intensidad sea el sacudimiento del suelo, inmediatamente actúan; porque es porque es parte de su cultura, se protege”, mencionó el funcionario.
“Si el sacudimiento es leve y rápido, pues no hay problema; pero si es fuerte, ya actuaron. En el caso nuestro, la cultura está un poquito no en ese camino. Siempre estamos esperando si se incrementa, si se aumenta el sacudimiento, si se hace más crítico”, agregó.
El jefe del IGP refirió que la rección de la población debe ser instantánea, apenas comienza un movimiento telúrico. “La costumbre nuestra es decir ‘Calma, calma, ya va a pasar, ya va a pasar’, lamentablemente, es un problema realmente”, concluyó.