Mistura rindió homenaje a cocineros fallecidos en accidente el 2012

Productores, chefs, familiares y público en general se unieron este martes, en la sede de Mistura, en un solo sentimiento para rendir tributo a los cuatro cocineros fallecidos el año pasado en un accidente de tránsito en Ayacucho, cuando iban a participar de la siembra de la papa para un festival de este año.

Diego Muñoz, cocinero amigo de los “Cuatro Guardiantes de lo Nuestro” como se les conoce, fue el encargado de leer un discurso que fue más bien una oda al talento de esos artistas de la cocina. Con voz entrecortada, relató los recuerdos que guarda en su mente de María Huamaní, una ayacuchana que dedicó su vida a la cocina y a rescatar los productos originarios de su tierra.

Rememoró por ejemplo aquellas discusiones sobre su receta para hacer su puka picante o la sonrisa que esbozaba cuando veía las caras de asombro de los cocineros jóvenes a los que revelaba sus secretos.

Habló también de la pareja de esposos conformada por Lorena Valdivia y el australiano Jason Nanka, de sus proyectos, de su entusiasmo, de la dedicación que ponían para diseñar su restaurante, de su amor por el Perú profundo y de lo rápido que partieron de este mundo.

Sobre Iván Kisic, a quien cariñosamente llamaba Pichón, Muñoz recordó que lo hizo volver al Perú para un proyecto hotelero y que estaba dedicando toda su energía para lograr el “lugar perfecto” para su restaurante y que estaba ansioso de aplicar en él todo lo que había investigado.

“Iván decía que su restaurante debía ser como una caja de fruta y lo logró porque entrar a él significa respirar orgánico y desconectarse del mundo”, manifestó.
 
En el programa de homenaje también participaron algunos familiares directos de los cocineros fallecidos. Habló entonces Juan Carlos Valdivia, padre de Lorena, quien dijo que hablar de esa pareja era hablar de una novela de amor y de pasión.

Destacó, por ejemplo, que la gran victoria de su hija en la gastronomía fue convertir a su esposo, un buen cocinero australiano, en un amante de lo peruano, “un cholo más que lograba sacar los sabores peruanos de manera precisa”.

Otro momento de suma emotividad lo protagonizó Amartilis, hija única de María Huamaní, quien dijo estar conservando el legado de su madre, en el restaurante que tiene en Ayacucho, en el que solo se usan productos originarios y tradicionales de esa tierra serrana, como lo quería su madre.

Las lágrimas seguían contenidas en los ojos de los asistentes cuando Franco, el mellizo de Iván Kisic, leyó algo que había escrito y que sostenía con manos temblorosas por la extrema emoción que lo embargaba.

Recordó que su mellizo se fue a Australia a encontrarse consigo mismo y que luego viajó a Canadá, donde descubrió su vocación y empezó su nueva vida.

Tras elogiar la energía que le ponía a su proyecto de cocina, sostuvo que su hermano fue “el padre de dos niños preciosos, el esposo de una buena mujer y el amante de un gran país”.

Como si no hubiera sido suficiente emoción y congoja para un solo día, Zamira, una encantadora niña de casi tres años de edad, nieta de María Huamaní, entonó con mucha ternura una canción dedicada a su abuela, en la que le pedía que nunca la dejara. Entonces, los ojos de los presentes cedieron y las lágrimas cayeron sin remedio.

El homenaje se realizó en el auditorio de la Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega) en Mistura  y Bernardo Roca Rey, presidente de dicha asociación, fue el encargado de presentar a los deudos de los fallecidos.

También acudieron reconocidos cocineros como Gastón Acurio, Sandra Plevisani, Mitsuharu Tsumura, entre otros, así como productores y público en general.

Andina