Cientos de niños sirios que lograron escapar de la violencia mortal de su país han encontrado refugio en países como Líbano, donde logran recuperar la educación que dejaron atrás.
En los países de refugio de la violencia, la Unicef realiza campamentos de verano para que los pequeños afortunados empiecen a sentirse como en casa y evitar que el cambio de escuelas no logre afectarlos.
El objetivo de estos campamentos es ayudar a los niños refugiados a que aprendan un nuevo idioma para reinsertarse en un sistema de educación diferente, bilingüe, donde el inglés y el árabe son las lenguas predominantes.
Los niños sirios son muy receptivos al aprendizaje por lo que se han producido cambios visibles en la actitud de los estudiantes en las últimas semanas.
Más de 570 estudiantes sirios y libaneses se inscribieron en el campamento de verano, que pese a que solo duró cinco semanas, ha causado gran impresión en los pequeños refugiados.
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