Entre las razones por el descontento se señala su falta de carisma.
El descontento de la ciudadanía con el presidente de Francia, François Hollande, ha crecido siete puntos porcentuales cumplidos los primeros 50 días tras su elección, según un sondeo difundido hoy por "Le Journal du Dimanche" (JDD).
La encuesta, realizada entre 1.874 personas entre los pasados 14 y 22 de junio, indica que frente a los resultados de un sondeo similar en mayo, el nivel de insatisfacción se sitúa ahora en el 40 por ciento.
El de personas insatisfechas con la labor del primer ministro, Jean-Marc Ayrault, se ha incrementado igualmente en 7 puntos hasta situarse en el 29 por ciento, según el sondeo, efectuado por el instituto demoscópico Ifop-Fiducial.
El nivel de satisfacción con el jefe del Estado, según JDD, es claramente inferior al porcentaje del que gozó el expresidente Nicolas Sarkozy en junio de 2007 tras su victoria en las elecciones legislativas, que se situó entonces en el 65 por ciento.
El aumento de quienes no aprueban el trabajo de Hollande procede principalmente de quienes se mostraron indecisos en el sondeo llevado a cabo el mes anterior, y ha aumentado en mayor medida entre los comerciantes y artesanos, los simpatizantes del centrista MoDem y los del ultraderechista Frente Nacional (FN).
Entre las razones esgrimidas, según el análisis facilitado por Ifop, figuran la decepción con el inicio de su mandato, la "marcha atrás" en algunos puntos de su programa electoral, la falta de carisma o incluso la polémica por el "tuit" que enfrentó a la primera dama, Valérie Trierweiler, con su expareja, Ségolène Royal.
El periódico destaca que aunque tanto Hollande como el presidente del Gobierno mantienen un amplio respaldo por parte de la población, "se anuncian nubarrones" ahora que se enfrenta "a la realidad" y a la degradación de la situación económica y social.
Precisamente este lunes el Ejecutivo en pleno se reúne para preparar los presupuestos del año que viene y trazar las líneas a seguir hasta 2015, que deberán precisar algunos de los sacrificios necesarios para cumplir el compromiso de reequilibrar las cuentas públicas.
El ministro de Relaciones con el Parlamento, Alain Vidalies, reconoció este miércoles que el Gobierno necesita 10.000 millones de euros para cuadrar el presupuesto de 2012, pero según adelantó este viernes Hollande desde Roma, "las clases medias no se verán afectadas" por esas medidas de rigor.
EFE
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