En sus alegatos finales afirmó que solo ingresó a su casa para robar y al intentar ´controlarla´ la asfixió accidentalmente.
Alejandro Trujillo Ospina, asesino confeso de la empresaria Myriam Fefer, aseguró que no tuvo en ningún momento la intención de asesinarla ya que solo ingresó a su casa para robar.
Durante sus alegatos finales en este caso, Trujillo Ospina reconoció que en su vida se ha dedicado a robar y extorsionar, pero nunca tuvo la intención de asesinar a nadie.
Según narró, ingreso a la vivienda de Fefer para robar pero cuando estaba en su habitación la empresaria se despertó y comenzó a gritar, motivo por el cual intentó “controlarla” tapándole la boca.
“Le tapo la boca y es ahí cuando me muerde yo le dije tranquila yo solo voy a robar, no me demoro, mientras seguía intentando controlarla”, añadió.
Dijo que durante el forcejeo asfixió “accidentalmente” a la empresaria ante lo cual se asustó por lo que tomó algunas cosas y salió apresuradamente de la vivienda.
“Lo único que se me ocurrió fue salir ya que tenía un gran problema sin querer. Yo no hice ninguna llamada, a la señorita Eva y a la señorita Liliana no las conozco, yo nunca hice ninguna llamada, yo no llamé a nadie”, señaló.
En ese sentido, aseveró que si hubiera ingresado a la casa para matar a Myriam Fefer hubiera utilizado un arma y no la hubiera ahorcado, incluso, dijo, no hubiera tenido que ir hasta su casa ya que era un “blanco fácil” para cualquier sicario.
“Tenía vida diurna y nocturna, andaba sola en taxi y en los casinos por lo que hubiera sido un blanco fácil para un sicario”, señaló.
“Yo no necesitaba entrar hasta la casa, saltar el muro por detrás, meterme por una ventana, entrar y forcejear para quitarle la vida, distingo de armas por lo que sería ilógico que yo ingresara a esa casa para estrangularla”, acotó en su alegato.
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